Por María Josefina Arce
Nicaragua también se enfrenta a la amenaza que significa el cambio climático. Con numerosas especies de la flora y fauna, que representan el siete por ciento de la biodiversidad a nivel mundial, el país centroamericano cuenta también con las extensiones de bosques tropicales húmedos más grandes de la zona.
Por eso, el modelo de desarrollo impulsado por el gobierno que preside Daniel Ortega ha tomado en cuenta la necesidad de proteger el entorno. De hecho la meta de enfrentar la exclusión social y la pobreza está asociada al manejo sostenible de tierras con fines agrícolas, así como de cuencas hidrográficas y áreas boscosas.
Las autoridades entienden que muchas veces detrás de determinadas acciones contra el entorno está el fenómeno de la pobreza acumulada y viejas costumbres enraizadas en la población, por eso trata de buscar otras opciones, aunque aplica la ley a los reincidentes.
Es así que ha priorizado la capacitación de campesinos y otros pequeños productores para que empleen prácticas amigables con el medio ambiente en la preparación de las tierras para los cultivos, la producción local de semillas y uso del agua.
En áreas costeras una forma de cuidar la naturaleza es la incorporación de sus habitantes a diversos proyectos, al tiempo que se ofrecen opciones para que diversifiquen sus producciones y no solo dependan de los recursos marinos.
En su política de cuidado del medio ambiente destaca también su interés por la protección de las área de reserva. Ese es el caso de Indio Maíz, donde habitan más de MIL 200 especies de aves, 159 de insectos y 65 de mamíferos, así como 369 especies de plantas.
En 2003 fue certificada como reserva de la biosfera por la UNESCO, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y se ha convertido en un destino turístico que lleva el sustento para las familias que viven en la zona.
Sin embargo, se considera que en esta reserva, situada en el río San Juan y fronteriza con Costa Rica, hay 101 especies en peligro de extinción, situación motivada por la acción irresponsable e ilegal de los colonos.
De ahí que en los últimos días las autoridades nicaragüenses y el gobierno territorial Indígena Rama y Kriol acordaron no otorgar más permisos para extraer madera de esta reserva e impedir su degradación.
El convenio incluye actualizar el plan de manejo de la Reserva de Biosfera Río San Juan, a la que pertenece Indio Maíz, e integrar a las alcaldías en el mismo, así como incluir a las comunidades indígenas Rama y Kriol en programas de desarrollo local, que ejecuta el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
La reserva de Bosawás, muy conocida por poseer más de 270 tipos de plantas con atributos alimenticios, ornamentales y medicinales y unas 200 especies de vertebrados e invertebrados, también centra la atención del gobierno, pues la acción irresponsable de personas que han invadido el lugar también amenaza su rica biodiversidad.
Asimismo, bajo el gobierno del presidente Daniel Ortega se inició una campaña de reforestación. Es así que se han logrado recuperar 84 MIL hectáreas de bosques.
Las autoridades sandinistas están comprometidas con la preservación del patrimonio natural de Nicaragua y para ello además de presentar alternativas para avanzar en un desarrollo sostenible, realiza acciones educativas con la población para promover valores y conciencia sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente.