por María Josefina Arce
El líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, los calificó como médicos del alma por su tenaz labor en las distintas comunidades del país. Los trabajadores sociales han tenido una activa participación en los diversos programas que para beneficio del pueblo desarrollan las autoridades.
No es difícil verlos visitando las casas para atender de cerca las necesidades de niños, jóvenes, discapacitados y ancianos. Hasta los centros penitenciarios han llegado para apoyar en el trabajo educativo a los reclusos y garantizar su posterior reinserción en la sociedad.
Antes de enero de 1959 el trabajo social se caracterizaba por iniciativas privadas ya sea con intereses filantrópicos o religiosos, y aunque la constitución de 1940 reconoce por primera vez los derechos sociales de forma constitucional no es hasta el triunfo revolucionario que esta labor adquiere su verdadera dimensión.
En un inicio fueron las organizaciones de masas como los CDR, Comités de Defensa de la Revolución, y la FMC, Federación de Mujeres Cubanas, las que asumirían a partir del triunfo revolucionario esta abnegada labor que aún hoy desarrollan en apoyo a los trabajadores sociales.
Con el transcurso de los años se fue perfeccionando esta tarea y ya en el 2000 por iniciativa del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, se crea el Programa de Trabajadores Sociales, con la intención de que este trabajo sea desarrollado por un personal competente profesionalmente y comprometido con la política de justicia social puesta en marcha en el país.
Disimiles son las tareas en que a lo largo de este tiempo han estado involucrados los trabajadores sociales. Investigaciones acerca de niños con bajo peso y estudios genéticos en coordinación con el Centro de Genética y Biotecnología han contado con la valiosa colaboración de estos trabajadores.
Igualmente han apoyado los campamentos de verano para niños con necesidades especiales, la Revolución Energética y la Misión Milagro, programa este último de rehabilitación oftalmológica que ha permitido mejorar la calidad de vida de muchas personas.
Los trabajadores sociales cubanos también han brindado su ayuda solidaria a otras naciones. Es así que han apoyado en su formación a luchadores sociales de naciones como Venezuela y Bolivia.
Cuba cuenta con una larga y fructífera trayectoria en este campo, la cual pone a consideración de los participantes en el Octavo Congreso Internacional de Trabajo Social que sesionará en La Habana hasta el próximo sábado.
En consideración del secretario general de la Federación Internacional de Trabajo Social, Rory Truel, este encuentro es propicio para conocer y luego difundir lo que se hace en esa materia en Cuba, labor que calificó de muy buena.
Y es que como bien afirmara la secretaria de la Sociedad Cubana de Trabajo Social, Milagro de la Caridad García, la práctica de esa labor tiene que ver con la solidaridad, altruismo, sentido de pertenencia, tratar a los demás como seres humanos, respeto y tolerancia, principios de la revolución cubana.
Presentes en cada obra importante de la revolución los trabajadores sociales en Cuba se han convertido en una fuerza esencial que a lo largo de estos años ha brindado apoyo y cariño a los sectores más vulnerables del país.