Por Martha Andrés Román*
Legisladores republicanos y demócratas, grupos empresariales y científicos, cubanoamericanos, organizaciones sin fines de lucro: así de diversas son las voces que criticaron la decisión del presidente norteamericano, Donald Trump, de revertir algunos avances del acercamiento a Cuba.
Frente al discurso pronunciado por el mandatario el pasado 16 de junio, y la firma de una orden ejecutiva que impone nuevas restricciones a los viajes y las relaciones económicas con la isla, la respuesta de muchos sectores que apuestan por la apertura fue comprometerse a continuar los esfuerzos para una normalización de las relaciones.
El bipartidista Grupo de Trabajo de Cuba (CWG, por sus siglas en inglés), integrado por 24 miembros del Congreso estadounidense, adelantó que en los próximos días se involucrará a fondo con las agencias federales para mitigar las consecuencias dañinas de la nueva política.
Los copresidentes de ese colectivo, las representantes demócratas Barbara Lee y Kathy Castor, y los republicanos Rick Crawford y Tom Emmer, indicaron que el anuncio es malo para los negocios norteamericanos y un riesgo injustificable para la seguridad nacional.
Por ello, el CGW agregó que en lugar de revertir el acercamiento, se debería abrir la puerta a un mayor compromiso.
En tanto, senadores como Mark R. Warner y Patrick Leahy, del partido azul, y John Boozman, Jerry Moran y Jeff Flake, de la formación roja, lamentaron el retroceso que significa el anuncio del jefe de la Casa Blanca.
Flake, legislador por Arizona, estimó que cualquier cambio que disminuya la capacidad de los estadounidenses para viajar libremente a Cuba no es en el mejor interés de los norteamericanos ni de los habitantes de la isla.
"Ya es hora de que el liderazgo del Senado finalmente permita votar mi proyecto bipartidista para levantar completamente estas restricciones arcaicas que no existen para los viajes a cualquier otro país del mundo", instó.
A su vez, la Cámara de Comercio ratificó la voluntad de seguir trabajando para eliminar "las políticas anticuadas" y recordó que colabora con el Congreso y sectores públicos y privados de ambas naciones para eliminar barreras al intercambio de bienes y servicios, crear empleos y favorecer el crecimiento a nivel bilateral.
La Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, en tanto, aseguró que continúa comprometida con el intercambio de especialistas y conocimientos científicos entre los dos países.
Por su parte, el abogado cubanoamericano Jorge Quintana manifestó en entrevista con Orbe que la orden ejecutiva de Trump constituye un reto más para quienes luchan por la normalización de las relaciones.
Tenemos que buscar nuevas oportunidades para mejorar los vínculos bilaterales, puntualizó el también presidente de Cuba Connections, Corp., una organización sin fines de lucro dedicada a impulsar el acercamiento.
Quintana, residente en la ciudad de Helena, Montana, apuntó que el discurso del presidente resultó un insulto, y se mostró confiado en que el camino escogido por el republicano fracasará.
En su criterio, la solución de los problemas de la mayor isla de las Antillas tiene que estar en manos de los cubanos, quienes, destacó, pueden defenderse de la manera más admirable.
*Corresponsal de PL en Washington