Por Nicanor León Cotayo
En la ciudad de Miami, en la Florida, se suma la curiosa modalidad de brindar albergue y servir de trampolín a políticos y empresarios fugitivos que buscan evadir sanciones.
La sección Trasfondo, del periódico el Nuevo Herald, publicó este domingo un artículo sobre el tema bajo la firma de Kyra Gurney.
Ella comienza escribiendo que Miami “es un imán para los acusados de corrupción en América Latina”.
Luego avala su criterio remitiéndose a un largo collar de ejemplos concretos.
Uno aborda el caso de Alejandro Lyons Muskus, ex gobernador colombiano que enfrenta 20 cargos por ese tipo de negocios sucios.
Los ejecutó mientras ocupaba la responsabilidad en el departamento de Córdoba entre 2012 y 2015.
Fiscales dicen que fue un sistema de malversación relacionado con pagos hechos por el derecho a extraer recursos naturales.
Según Gurney, el ex gobernador Lyons Muskus desde que abandonó su cargo era seguido en Colombia por una estela de alegaciones de corrupción.
Ahora, escribe la especialista, él podría ser el ejemplo más reciente de una larga tradición en la Florida:
¿Cuál? Funcionarios que escogen huir luego de saquear a sus países de origen y asentarse en este lugar “fuera del alcance de sus autoridades”.
Luego, para sorpresa de muchos, ella escribe con gran naturalidad:
El clima del sur de la Florida y sus condominios con vista al mar la hacen un lugar preferido para quienes se encuentran bajo el microscopio de las investigaciones.
Un reportaje investigativo publicado por el Miami Herald en diciembre enumeró ejemplos.
La semana pasada el más estridente giró en torno al ex presidente de Panamá Ricardo Martineli, por cierto, un acérrimo enemigo de Cuba.
Lo arrestaron en Miami cerca de su residencia, valorada en 8 millones 200 mil dólares en Coral Gables.
“Esta es una práctica extremadamente común”, dijo José Miguel Cruz, director de investigaciones del Centro Kimberly Green de América Latina y el Caribe de la Universidad Internacional de la Florida.
¿A qué se refería Cruz?, A la fuga, en primer lugar, hacia Miami, de políticos muy influyentes de otros países, y añadió:
“La Florida tiene una larga historia con respecto a casos de funcionarios corruptos que vinieron a Estados Unidos no sólo para evadir cargos en sus propios países”.
También, básicamente, “a retirarse con el dinero sucio que hicieron durante sus mandatos”.
Pero sin el menor pudor en diversas tribunas han gritado sobre falta de respeto a los derechos humanos en Cuba.
Y ahora mismo organizan y ejecutan una guerra de baja intensidad contra Venezuela por no hacer lo que ellos hacen.
(Tomado de Cubasí)