Por Pedro Martínez Pírez
Dos importantes noticias relacionadas con la Salud se conocieron esta semana en Cuba: el indicador de mortalidad infantil más bajo de la historia en el primer semestre del año, y la graduación de más de 700 jóvenes de 71 países en la ELAM, la Escuela Latinoamericana de Medicina, que forma parte del legado de Fidel Castro a la humanidad.
La información de que la pequeña Cuba logró disminuir la mortalidad infantil hasta 4 coma uno por cada mil nacidos vivos en el primer semestre de 2017 es una noticia sumamente alentadora, en un país que al triunfo de la Revolución sufrió la pérdida de la mitad de sus médicos, tres mil, alentados a emigrar a los Estados Unidos.
Fue un robo de cerebros monumental, aunque no el único, alentado por el imperio en los primeros años de la Revolución Cubana.
De ahí que sea significativa la cifra de egresados este año de la emblemática Escuela Latinoamericana de Medicina, de donde han egresado desde el 2005 más de 28 mil 500 médicos de 103 países, incluyendo a jóvenes de familias humildes de los propios Estados Unidos.
Fue en noviembre de 1999, en los días de la celebración en La Habana de la Novena Cumbre Iberoamericana, que el entonces presidente de Cuba Fidel Castro anunció el gran proyecto de la ELAM, el cual ha contribuído a elevar los indicadores de salud en numeros países del mundo.
En esa Cumbre, a la cual asistieron Jefes de Estado o de Gobierno de 21 naciones de América Latina y Europa, y a propuesta de Cuba, fue proclamado el gran artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín como Pintor de Iberoamérica.
Son hechos que no debemos olvidar los ciudadanos de Nuestra América, y menos los cubanos que seguimos enfrentando un criminal e ilegal bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos, que el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, sin el más mínimo rubor, ha decidido arreciar.