Por María Josefina Arce /RHC

La campaña electoral del actual presidente argentino, Mauricio Macri, estuvo sin dudas sustentada en falacias. Prometió, prometió y al final todo se ha quedado ahí. A casi dos años de mandato lo prometido brilla por su ausencia y los argentinos solo han visto empeorar sus condiciones de vida.

La reactivación económica y mejora de las variables como la inflación fue de las ofertas más pregonadas por Macri en su campaña, pero desde hace rato el Gobierno ha tenido que reconocer que la realidad es bien distinta.

De hecho el mismo presidente ha dado un giro a sus pronunciamientos y apunta ahora a que es este un camino largo y las cosas no pasan de un día para el otro sino dando pequeños pasos todos los días. Y, según él, se están dando pequeños pasos todos los días, pero al parecer no en la dirección correcta.

Y es que la economía no acaba de mejorar y la inflación sigue por los aires con un 40 por ciento, lo que repercute en el poder adquisitivo de los argentinos.

Llevar la pobreza a cero fue también uno de los principales puntales de su carrera en pos de la presidencia. Sin embargo, en el país sudamericano hay más pobres desde que Macri llegó al poder, dado el impacto negativo de sus políticas económicas.

Solo en los nueve primeros meses del actual gobierno surgieron un millón 500 mil nuevos pobres y 600.000 indigentes más, señalan estudios del Observatorio de la Deuda Social Argentina y de la Universidad Católica argentina.

Las cifras muestran el empeoramiento del cuadro social. En Argentina hay en la actualidad más de 13 millones de pobres como un recordatorio de la promesa de Macri, que se ha visto obligado a reconocer que en solo cuatro años es imposible lograr esa meta.

Ahora afirma que lo que importa son los esfuerzos y a cuántos argentinos es posible rescatar de esa situación, algo bien difícil cuando el gobierno ha apostado por una política neoliberal.

El hecho es que el alza desmedido de tarifas en los servicios públicos como electricidad, agua, gas y transporte, sumado a la ola de despidos masivos, al menos 232 mil 286 trabajadores perdieron su empleo, según el Centro de Economía Política Argentina, agravaron la realidad social de miles de personas.

Y Macri sigue acumulando incumplimientos. En su campaña prometió igualmente construir unos tres mil jardines de infantes. Sin embargo, como el mismo gobierno reconoce solo se están edificando cien.

En los últimos días el ministro de Educación de Argentina, Alejandro Finocchiaro, tuvo que admitir que la promesa de Macri era un objetivo imposible de alcanzar, aunque intentó endulzar la situación al señalar que el objetivo ha cambiado, y ahora es, según Finocchiaro, la “construcción de unas 10.000 aulas o salas… en los lugares donde ya hay jardines de infantes”..

Tal parece que las promesas de Macri el viento se las llevó, pero los argentinos no olvidan y se cuestionan si al final, como casi siempre, solo fue un rejuego para que llegara al poder el partido Cambiemos, de Macri, que en estas circunstancias se jugará en octubre próximo en las elecciones legislativas la posibilidad de consolidar o no su ya impopular proyecto político.