Por María Josefina Arce

El gobierno del presidente Daniel Ortega está consciente de que uno de los mayores problemas que afectan al país es la deforestación y degradación de los recursos forestales, que tiene como consecuencia la pérdida de biodiversidad y el cambio de uso de suelo con todas sus consecuencias de deterioro ambiental.

Cada año la nación pierde unas 70.000 hectáreas de cobertura forestal, a pesar de tener varias de las zonas boscosas más extensas de Centroamérica, de acuerdo con datos oficiales.

Por eso se ha hecho habitual que anualmente las autoridades sandinistas pongan en marcha una Cruzada Nacional de Reforestación, que tiene como meta recuperar más de cuatro millones de hectáreas de cobertura boscosa en los próximos 10 años.

La campaña de 2017 ya está en marcha y se extenderá hasta noviembre venidero, con el objetivo de cubrir unas 26 MIL hectáreas de todo el territorio nacional, lo que representarían una significativa reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global.

Los árboles serán plantados en algunas de las áreas más degradadas de Nicaragua, ubicadas en las zonas norte, centro y Pacífico del país centroamericano. De hecho los primeros ya fueron sembrados en la península de Chiltepe, al noroeste de Managua, la capital, y en los alrededores de la Laguna de Apoyo en el departamento de Masaya.

En la capital, las autoridades proyectan sembrar 660 mil árboles de diversas especies, que son proporcionados por los 21 viveros con que cuenta.

De acuerdo con las informaciones, el plan consiste en sembrar en aquellas zonas secas de Managua como la Laguna de Xiloá, desbrozada por los lugareños, con el fin de mitigar el impacto del calentamiento global y mejorar la recarga hídrica en los próximos años.

En la campaña además de organismos estatales y grupos ecologistas, se busca involucrar a toda la familia y sobre todo a los niños. Por eso este movimiento se extiende a más de sesenta escuelas de la enseñanza primaria que cuentan con huertos escolares.

También con este fin se desarrolla la campaña “Por amor en familia a los árboles de Nicaragua”, que contempla que por cada niño que nazca se entregará a la familia un árbol maderable o frutal, que deberá ser plantado.

Esta iniciativa busca educar, crear consciencia, responsabilidad e involucrar a cada nicaragüense en el cuidado del medio ambiente.

Como parte también del Plan Nacional de Reforestación, las distintas alcaldías de la nación han apoyado la capacitación de productores, dueños de finca y de parcelas para impulsar la protección de las tierras y la siembra de árboles.

Para las autoridades y ecologistas todo empeño y contribución a esta cruzada nacional puede marcar la diferencia, pues ayudará no solo a que Nicaragua recupere sus áreas boscosas y se proteja el hábitat de numerosas especies de animales, sino que permitirá legar a las futuras generaciones un planeta más verde y cuidado.