Por: Guillermo Alvarado

Tras el paso devastador del huracán Irma por el Caribe, que incluyó un destructivo recorrido por la costa norte del archipiélago cubano, en este país se desarrolla una triple vertiente de solidaridad que permite tener toda la confianza en que se restaurarán los daños ocasionados por el meteoro, gracias al esfuerzo común y el apego a los principios fundamentales de la Revolución.

Existe, en primer lugar, una activa solidaridad interna pues aunque el fenómeno meteorológico dañó casi todo el territorio nacional, desde aquellos lugares donde los efectos fueron menores o no existieron, hay una movilización de trabajadores y especialistas que acuden a donde más se les necesita para devolver a la población servicios fundamentales, como electricidad y agua.

Así, por ejemplo, desde la occidental provincia de Pinar del Río comenzaron a llegar a La Habana y otros lugares expertos para contribuir a levantar y reparar los cables de la red eléctrica que los vientos de Irma reventaron.

También viajaron especialistas en esta materia desde Guantánamo hasta Camagüey, una de las más afectadas, a donde llegó una brigada de Granma de la empresa Radio Cuba para poner en pie una torre de transmisiones y devolver la señal a las radiodifusoras.

Son ejemplos de que aquí nadie está solo y la sociedad trabaja en estos días bajo la idea de que una mano ayuda a la otra, y las dos levantan al país luego del peor desastre ocurrido en décadas.

Pero Cuba también está recibiendo la ayuda solidaria de pueblos hermanos y naciones amigas, que desde el primer momento se declararon dispuestas a hacer todo lo necesario para reparar los daños, como lo expresó el presidente de Rusia Vladimir Putin aún antes del azote de Irma.

De Venezuela, acosada por la extrema derecha y bajo la amenaza directa de Estados Unidos, llegó el primer cargamento con alimentos y otros insumos imprescindibles en estos momentos, y también anunciaron su disposición de contribuir a la titánica tarea de la reconstrucción Bolivia, Vietnam, El Salvador, República Dominicana, la República Popular China y otros.

Organismos de la ONU mantienen contacto con las autoridades cubanas para determinar los mecanismos oportunos de cooperación, así como organizaciones amigas en numerosos países hicieron llamados a contribuir con la reconstrucción.

Pero hay una tercera vía, y es que Cuba, muy golpeada en su economía por el ciclón, decidió enviar médicos para ayudar a otras pequeñas naciones del Caribe que también fueron azotadas por Irma. Antes del paso del huracán ya había en varios de ellos misiones de la salud cubanas atendiendo a la población.

Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Bahamas, Dominica y Haití reciben los servicios médicos cubanos, que ahora estarán enfocados en la recuperación de las zonas más afectadas por este fenómeno.

La solidaridad es, pues, un camino de varias vías y para la Revolución Cubana es un principio inconmovible, como lo ha demostrado en numerosas ocasiones cuando ha compartido con cualquier lugar del mundo lo que tiene, no lo que le sobra. FIN