Por María Josefina Arce.

Objeto de una guerra económica y de una constante agresión mediática de la derecha latinoamericana y de Estados Unidos, no ha abandonado sin embargo, la Revolución Bolivariana la esencia solidaria y humanista que le impregnara su líder, el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.

Al Caribe convertido en una zona de desastre por el paso de dos potentes huracanes: Irma y María, que dejaron decenas de víctimas mortales, tendió rápidamente su mano amiga Venezuela. Diez toneladas de ayuda humanitaria compuesta por agua mineral, medicamentos y otros enseres fueron enviadas a San Martín y Antigua y Barbuda.

Asimismo a esa última isla caribeña viajaron especialistas de Protección Civil, a fin de ayudar con las labores de búsqueda y atender a los afectados.

Cuba, con la que la une una relación fraternal, ha sido depositaria también de la generosidad de los venezolanos. La Patria del Libertador Simón Bolívar fue el primer país en enviar ayuda humanitaria a la Mayor de las Antillas, que sintió en gran parte de su territorio la fuerza demoledora del fenómeno meteorológico Irma.

Un lote de colchones, agua y alimentos enlatados conformó el primer envío al archipiélago para los numerosos damnificado. Días después el presidente constitucional Nicolás Maduro viajaría a La Habana para hacer entrega de un nuevo donativo.

No es la primera vez que Caracas responde de inmediato a la difícil situación creada por huracanes, muy comunes en esta época del año en el Caribe. En 2012 cuando el paso de Sandy también fue de las primeras naciones en enviar ayuda para los damnificados no solo en Cuba, sino también en Haití.

En aquella ocasión, como ahora, fue invaluable la asistencia humanitaria venezolana. Barcos y aviones viajaron a territorio cubano con cientos de toneladas de alimentos, medicinas y otros insumos necesarios para la población de Santiago de Cuba y Holguín, las dos más dañadas por el meteoro en su recorrido por el oriente cubano.

Los venezolanos también ayudaron a la reconstrucción de Santiago de Cuba. Su presencia fue decisiva para recuperar muchas instalaciones y reconstruir viviendas.

Venezuela también estuvo presente cuando Matthew, con categoría cuatro en la escala Safir-Simpson, azotó en octubre de 2016 el oriente cubano, dejando a su paso millonarias pérdidas económicas.

Los venezolanos donaron unas 500 petrocasas que favorecieron a muchos de los damnificados, especialmente del municipio de Maisí, uno de los más castigados por el huracán en la provincia de Guantánamo.

Ahora las dos naciones evalúan la instalación en la isla caribeña de una planta productora de casas de policloruro de vinilio resistentes a la furia de los huracanes.

Las autoridades venezolanas resaltaron que gracias a la tecnología del desarrollo industrial de Petrocasas, el paso del huracán Irma por Cuba, en septiembre de este año, no afectó las viviendas de policloruro de vinilo que se encuentra en el archipiélago.

Venezuela siempre ha estado al lado de Cuba, como esta tampoco abandona a un pueblo a la que la unen lazos históricos de amistad y fraternidad y que hoy, en medio de sus problemas y de las agresiones mediáticas de que es objeto, ha vuelto a demostrar su espíritu solidario y generoso.