Por: Roberto Morejón
En el aniversario 149 del inicio de la guerra de independencia contra el colonialismo español, los cubanos resaltan el papel del abogado bayamés Carlos Manuel de Céspedes y de la Madre de la Patria, Mariana Grajales, la progenitora de Antonio Maceo.
En lo adelante, reposarán los restos de Céspedes y de Mariana en el área patrimonial central del cementerio de Santa Ifigenia en la oriental Santiago de Cuba, donde también yacen el Héroe Nacional José Martí y el líder histórico de la Revolución Fidel Castro.
Carlos Manuel de Céspedes será recordado por iniciar el alzamiento del ingenio Demajagua el 10 de octubre de mil 868, en el que participaron centenares de cubanos, incluyendo esclavos liberados.
Fue esa acción un acto de patriotismo ejemplar, abnegación y sacrificio que desencadenó el proceso de tomar las armas contra la metrópoli, extendido hasta mil 898, cuando intervino Estados Unidos.
Con el aliento de Céspedes el colonialismo comenzó a enfrentar una contienda de liberación dilatada a pesar de los métodos violentos para frenarla.
Los cubanos valoran altamente el 10 de Octubre de mil 868 y lo enfocan como un proceso histórico continuado.
En efecto, aquel día luminoso tuvo su encadenamiento el 24 de febrero de mil 895, con los aprestos de Antonio Guiteras en la década de los años 30 del siglo pasado, el 26 de julio de mil 953, con el Moncada, y el primero de enero de mil 959, con el triunfo de los rebeldes.
Fidel Castro destacó que los barbudos de la Sierra Maestra alzados en armas contra la dictadura de Fulgencio Batista recibieron la valiosa experiencia de los mambises en el combate contra el colonialismo español.
El grito de libertad articulado por Céspedes fue escuchado con el paso del tiempo por miles de cubanos, entre ellos Mariana Grajales, la madre de los Maceo, una familia numerosa volcada casi por entero a la lucha anticolonialista.
Mariana fue grande porque trajo al mundo una prole de héroes a quienes educó en los valores patrios y estimuló a incorporarse a la gesta independentista.
La madre de los Maceo, considerada símbolo de las mujeres cubanas, denunció las injusticias de España, entre ellas el desprecio hacia los de su raza afrodescendiente y el despiadado trato hacia los esclavos.
Mariana estuvo una década en la retaguardia de los insurrectos y allí sufrió la muerte en combate de varios de sus hijos y de su esposo, también valeroso mambí, pero su espíritu de roble NO flaqueó.
Carlos Manuel de Céspedes y Mariana Grajales merecen el perdurable reconocimiento de las generaciones sucesivas de cubanos por su carácter firme, principios morales, disciplina, valor y amor a la causa de todos.