Por: Roberto Morejón

Después de dejar una huella de aceptación y gratitud concluyó sus servicios en el sureste de México una brigada de médicos cubanos que asistió a los damnificados por los terremotos registrados en ese país y puso nuevamente en alto el nombre del contingente Henry Reeve.

Con un balance de más de 13 mil 500 consultas externas y 152 cirugías, de ellas un buen número de alta complejidad, se retiraron los 40 integrantes del equipo sanitario cubano de la ciudad de Ixtepec, estado de Oaxaca, una de las zonas más pobres de México.

Los miembros de ese colectivo que incluyó médicos, técnicos de laboratorio, enfermeros y epidemiólogos tienen razones para sentirse satisfechos por la labor cumplida, independientemente del dolor sentido por el drama de la población, afectada por los movimientos telúricos.

Como ocurre con otras brigadas médicas cubanas integrantes o NO del Contingente Henry Reeve especializado en la atención de damnificados por desastres, al personal se le encomia por su perfil profesional y trato humano.

Así lo preconiza ese conjunto fundado por el líder histórico de la Revolución Fidel Castro en 2005 con la misión de acudir a naciones agobiadas por cataclismos naturales.

Debe destacarse que tanto la brigada enviada al sureste de México como todas las de la agrupación Henry Reeve realizan su trabajo de forma gratuita.

Poco antes de concluir su programa la brigada de salud ubicada en México regresó a La Habana otro grupo con iguales fines desde Dominica, integrada por 10 profesionales, quienes atendieron durante 45 días a damnificados del huracán María.

Con anterioridad una representación del contingente Henry Reeve acudió a Perú para socorrer a los damnificados por las inundaciones provocadas por el fenómeno conocido como “El Niño costero”.

Debemos resaltar que el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve acopia una experiencia singular.

Ellos han prestado servicios en casi 30 ocasiones en 19 países, entre ellos Haití y Sierra Leona, Guinea y Liberia, los tres últimos desolados por el ébola, por lo que atesoran habilidades y conocimientos, con frecuencia extraídos de situaciones trágicas.

Por esa razón expertos y pobladores suelen considerar a los colaboradores de salud de Cuba entre los mejor preparados del mundo.

Más de 40 mil de ellos luchan por la vida y la salud de millones de personas en 64 países.

La mayoría lo hacen por períodos prolongados por acuerdo con el país receptor, pero tanto ellos como los de la Henry Reeve, cuyo período de trabajo suele ser más corto, llevan el mensaje de solidaridad de Cuba. FIN