Por: Roberto Morejón
Después de una entusiasta participación ciudadana de casi 86 por ciento, Cuba renovó un número importante de delegados del Poder Popular y otros fueron reafirmados, y para todos se inicia una importante etapa de trabajo como servidores públicos.
Los nuevos delegados de circunscripción y los reelectos por su buena ejecutoria son integrantes de los órganos de gobierno municipales.
Desde sus escaños, se erigen en los representantes de los ciudadanos en las estructuras territoriales y como tales asumen una gran responsabilidad.
Todos están persuadidos de que al tomar posesión próximamente deben desempeñarse en función de las prioridades y objetivos de la comunidad.
Sobre sus hombros recae la tarea de lograr una estrecha comunicación con sus electores, promover y analizar las sugerencias, responder a las inquietudes y tramitar las denuncias sobre las cosas mal hechas.
NO se concibe a los delegados del Poder Popular en Cuba como pasivos transmisores de las necesidades desde el barrio hasta la autoridad municipal.
Los recién electos y los ratificados deben desterrar la formalidad en su ejercicio y buscar en las entidades económicas y de servicios soluciones viables a los problemas de la comunidad.
Por supuesto, los electores saben que la máxima autoridad del Poder Popular en la demarcación NO podrá hallar respuestas a todos los planteamientos, pero deberá explicar oportunamente cuando las acciones deban aplazarse o sean impracticables.
Los delegados del Poder Popular se comprometerán a encontrar en los asentamientos ayuda oportuna, porque muchos vecinos tienen iniciativas y desean colaborar en la atención de los apremios de la localidad.
Como por ley los delegados del Poder Popular rinden cuenta de su gestión ante los electores, ninguno debe rehuir preguntas, dudas o solicitudes de orientación.
En tiempos en que en Cuba se actualiza el modelo económico y persisten carencias materiales por el bloqueo estadounidense e insuficiencias internas, desde la circunscripción puede experimentarse sobre esquemas eficaces de autogestión popular.
Y en ese sentido los delegados del Poder Popular tienen mucho que aportar para mejorar la participación ciudadana y la democracia autóctona.
Cuando ya es historia la votación del domingo último, Cuba presenta una renovación importante de sus cargos públicos, con una instrucción mayoritaria de nivel medio superior y universitaria y apreciables valores cívicos.
Con ese aval emprenden una etapa de gobierno que será complementada próximamente con la elección a otras instancias, como reglamenta el sistema del Poder Popular, para bien de la sociedad.