Por: Guillermo Alvarado
Las cercanías del fin de año suelen ser momento propicio para hacer recuentos y evaluaciones, si bien hay algunas que resultan chocantes en grado extremo, como la persistente violencia que se ejecuta en México contra las mujeres que a partir de 1985 ha costado la vida a 52 mil 210 féminas, una cifra extraordinaria.
De acuerdo con el estudio “La violencia feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985-2016”, este negativo fenómeno se mantiene en la nación latinoamericana con alzas y bajas, ante la incapacidad de las autoridades de ponerle freno, investigar todos los casos y castigar a los responsables.
Los más difíciles fueron los últimos seis años, cuando ocurrió el 29,8 por ciento de los casos, es decir 15 mil 535 muertes violentas de mujeres, lo cual coincide con las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Se trata precisamente de un período durante el cual se recrudeció la guerra contra las bandas del narcotráfico y otras formas del crimen organizado, un conflicto no declarado pero que ha producido una gran cantidad de bajas entre la población civil, sin disminuir la presencia y el accionar de las agrupaciones mafiosas.
Cuando se observa el mapa de los feminicidios en esa nación, se advierte con claridad que casi coincide con los territorios donde existe más presencia de grupos delincuenciales, como el estado de México, Oaxaca, Nuevo León, Guerrero, Chihuahua, Veracrúz, Tamaulipas, Baja California, Jalisco y la Ciudad de México, capital del país.
Otra revelación inquietante es que los medios para asesinar a las mujeres son mucho más brutales respecto a los crímenes perpetrados contra hombres. En el caso de ellas es más común el uso de objetos punzo-cortantes, ahorcamiento e inmersión, así como el uso de sustancias químicas y el fuego.
Este tipo de ensañamiento revela una descomposición moral más profunda entre los autores.
El documento, que fue elaborado por el Instituto Nacional para las Mujeres, la Secretaría de Gobernación y la Organización de las Naciones Unidas para las Mujeres, indica que en los últimos cinco años hay una tendencia a la disminución de las muertes violentas de niñas, pero se incrementaron las de féminas en edad reproductiva, es decir entre los 20 y los 40 años.
Lamentablemente, tanto en el caso de asesinatos como los de agresiones sexuales, fenómenos que suelen ir aparejados, el nivel de reacción de los aparatos policiales y de justicia suelen estar muy por debajo de lo necesario.
En México se denuncian cada año como promedio 15 mil violaciones, pero el número de capturados y procesados apenas llega a unos cuatro mil, lo que significa que la mayoría permanecen en la impunidad.
Grave realidad y peor destino para un país cuya población se caracteriza por su carácter afable y acogedor, gente trabajadora y esforzada que sufre la desgracia de tener una extensa frontera con Estados Unidos, destino del tráfico de drogas y de personas y origen del mercado negro de armas y otras calamidades.