Por María Josefina Arce
En medio de la ofensiva neoliberal que experimenta hoy el continente, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, ALBA-TCP, se ratifica como un instrumento de solidaridad y en defensa de la soberanía de las naciones de la región.
En La Habana, donde precisamente hace 13 años quedara constituida, tuvo lugar el acto por su aniversario, durante el cual se destacó como desde su nacimiento ha fomentado la integración y cooperación, siempre respetando la diversidad de los pueblos que la conforman.
El líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, y el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, no podían dejar de ser recordados, pues fueron ellos quienes con su vocación humanista y solidaria dieran vida a este bloque regional, que fuera calificado por el jefe de estado de Venezuela, Nicolás Maduro, como una “poderosa alianza de liberación”.
Integrado en sus inicios por Cuba y Venezuela, otros países del área se fueron sumando para juntos abrir el camino hacia un nuevo tipo de relaciones entre los pueblos, en las que la cooperación solidaria, sin ningún tipo de condicionamientos, la complementariedad y la justicia son su esencia.
El ALBA sin dudas, alentó la conformación de otros bloques que sin la injerencia norteamericana han significado un segundo grito de independencia de los pueblos latinoamericanos y caribeños.
Ese es el caso de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que viera la luz en 2011 en Caracas, Venezuela, y que a lo largo de estos años ha fomentado proyectos conjuntos entre sus miembros para elevar el bienestar de los ciudadanos de la región.
Por eso, el décimo sexto Consejo político del ALBA-TCP ratificó en La Habana sus principios fundacionales de unidad y concertación, al tiempo que manifestó su propósito de continuar defendiendo a América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
En la declaración final tras una jornada de debates, los ministros y jefes de delegaciones expresaron su voluntad de consolidar la colaboración y la solidaridad entre los 11 países que en la actualidad conforman el bloque.
El documento es una exhortación a la solidaridad con las naciones miembros que como Venezuela son objeto de ataques de la derecha, apoyada por la oligarquía latinoamericana y Estados Unidos.
Destaca la victoria del pueblo venezolano en los más recientes comicios para la elección de nuevos alcaldes en esa nación sudamericana, así como la instauración de la Asamblea Nacional Constituyente.
Al mismo tiempo, condenó las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, y otras acciones de carácter injerencista de la Organización de Estados Americanos que son lesivas a la soberanía de Venezuela.
Asimismo los once países miembros del ALBA-TCP expresaron su apoyo a Cuba, el Caribe y la lucha del pueblo palestino contra la ocupación de su territorio por Israel.
El nacimiento del ALBA hace 13 años marcó un nuevo comienzo para los pueblos latinoamericanos y caribeños, hasta ese momento olvidados y explotados. El camino señalado por este mecanismo regional es el de la integración, el trabajo conjunto para desterrar la pobreza, la insalubridad y el analfabetismo, y de ese modo, construir sociedades más justas y equitativas.
Por eso como bien apuntara el presidente Nicolás Maduro, ahí estarán siempre
Fidel y Chávez con su sonrisa, con su verdad dicha a los vientos...Este es el camino. El camino de la integración, añadió al ratificar que “los sueños de Fidel y de Chávez se cumplirán”.