Por: Roberto Morejón
Después de su estrepitoso revés en la ONU, el gobierno estadounidense recaba adeptos en su ilegal operación para reconocer a Jerusalén como capital de Israel, una estratagema a la que arrastró a Guatemala y, según versiones de prensa, sumaría a otros.
Como se recordará, la Asamblea General de la ONU proclamó nula la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, complementada con su anuncio de trasladar la embajada hacia la Ciudad Santa.
La medida de la administración estadounidense desencadenó protestas en los territorios palestinos ocupados y fueron reprimidas por los efectivos del régimen sionista.
Las brutales amenazas del presidente Donald Trump y sus subordinados a los países que votaron a favor de aquella moción NO se hicieron esperar y ahora se informó de un recorte de ayuda a la ONU de más de 285 millones de dólares.
En esa maniobra de Estados Unidos contra la comunidad internacional se inscribe la decisión del presidente guatemalteco Jimmy Morales de imitar a Trump en relación con Jerusalén.
El torpe ejercicio de la diplomacia de Morales representa un desafío al reciente pronunciamiento de la Asamblea General de la ONU y a la juiciosa postura de esperar por negociaciones entre palestinos e israelíes para zanjar la situación de Jerusalén.
El gobernante del país centroamericano parece interesado en atraer la atención de Trump con la esperanza de recibir favores económicos y de paso distrae la atención de candentes problemas internos.
Igualmente Jimmy Morales impuso su particular óptica sobre Israel con el afán de ganar la atención de ese país, como se evidenció en su extravagante anuncio al tratar de justificar su decisión.
Además, Jimmy Morales y su ministra de Relaciones Exteriores Sandra Jovel profesan el cristianismo evangélico, de conocida inclinación hacia Israel en América Latina.
Como recordaron algunos analistas, la periodista estadounidense Irin Carmon destacó en la revista Tablet en 2012 el apoyo del Estado hebreo a las dictaduras militares de Guatemala e incluso la ayuda militar.
En la misma cuerda de Jimmy Morales se balancearían peligrosamente otros gobiernos, según versiones periodísticas.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, acusado de favorecer un fraude en las recientes elecciones, también trataría de agradar a Washington, en relación con Jerusalén, como gratitud por apresurarse a reconocer el alegado triunfo del gobernante Partido Nacional.
Curiosamente, Hernández egresó de la MASHAV, Agencia Israelí de Cooperación y Desarrollo Internacional.
Pero los gobiernos que desafíen las justas reglas de la ONU con respecto a Jerusalén cosecharán la repulsa como la conferida a la administración Trump.