Por Nicanor León Cotayo
El muro que el presidente Donald Trump se propone construir en la frontera con México tendrá efectos concretos en el ambiente.
Kirsten Nielsen, Secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, expresó que el presidente ordenó suspender todas las leyes ambientales para imponer la referida valla, como parte de su política antimigratoria.
Darner Mora Alvarado, periodista del sitio digital nación.com recordó en su artículo que la idea de construir un muro no es nueva, ya que desde 1994 Estados Unidos ha instalado vallas en 1.050 de los 3.142 kilómetros.
Respecto al posible daño ambiental, los científicos han alertado sobre los peligros para la biodiversidad local debido a los efectos devastadores para numerosas especies de animales y vegetales.
Según Tim Keitt, profesor de Biología de la Universidad de Texas, las investigaciones demuestran que el muro afectaría en extremo a la biodiversidad única de la región, tanto por la alta contaminación que ocasionará la altura de esa obra como por la interrupción abrupta de las rutas migratorias de diferentes especies.
Esta situación ahora se presenta y es generada como impacto del cambio climático, cuya existencia, irónicamente, es negada por el mismo presidente Trump.
Por otro lado, la biodiversidad podría verse afectada, de la siguiente manera:
El profesor de Biología, añade que las aves depredadoras, si bien no tienen problemas con la elevación del muro por su capacidad de volar, podrían resultar dañadas en la caída libre en busca de su presa cuando cazan.
Los animales no conocen sobre fronteras, por lo que la presencia de esa muro de hierro y cemento podría causarles desorientación durante la migración.
En cuanto a las plantas, algunas se reproducen debido al arrastre de semillas y el polen por la acción del viento, situación que se vería interrumpida.
Determinados tipos de mariposas que no logran alcanzar alturas considerables, su vuelo migratorio se limitaría a escasa distancia del suelo. Las corrientes normales del agua se verían obstaculizadas en las zonas no desérticas de la frontera, sentenció el profesor Tim Keitt.
La directora de la asociación La Conservación Natural , Vanessa Martin, señaló que la frontera cuenta con diferentes tipos de terrenos desde zonas desérticas hasta el entorno del río Bravo.
Agregó que en el territorio conocido como el “Lejano Oeste de Texas”, se comparte una extensa línea fronteriza con los estados mexicanos de Chihuahua y Cahuila. Allí, especies como el oso negro, el gato montés, el león de montaña y el ciervo mulo podrían morir ahogados.
Lo dicho, entre otras cosas, contribuye a explicar el motivo de la fuerte resistencia al proyecto constructivo de Donald Trump.
Tan unilateral, que hasta el actual gobierno de México, en nada sospechoso de progresista, ha reiterado que no aportará el dinero que Trump asegura concederá a su iniciativa.
(Tomado de Cubasí)