Por: Roberto Morejón

Si bien el presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró eufórico porque su reciente mensaje a la nación fue seguido por 45 millones de personas, la prensa de su país y organizaciones sociales destacaron la alta desaprobación hacia su pieza oratoria.

Los medios sacaron sus estadísticas sobre lo que consideraron como mentiras, exageraciones y otros deslices del multimillonario, empeñado en protagonizar un show publicitario, pues le arrebatan los índices de popularidad.

Como esos niveles están por debajo de 40 por ciento, el más bajo de un presidente en el primer año en los últimos 70 años, el magnate neoyorquino quiso en su balance anual del estado de la Unión dar un vuelco al malestar  hacia su ejecutoria.

De ahí que se atribuyera éxitos que, de acuerdo con la prensa, NO pueden considerarse así en todos los casos o si realmente lo son le corresponde su patrocinio a la administración de Barack Obama, de la que Trump suele emitir ásperos calificativos.

La agencia cablegráfica Associated Press puso en duda la veracidad de 19 declaraciones formuladas por el presidente ante ambas Cámaras del Congreso.
Esa estadística puede vincularse con otra ofrecida por The Washington Post, un medio que escribió a principios de enero que Trump hizo mil 950 afirmaciones falsas o engañosas en 347 días.

Las reacciones más punzantes después de su discurso se dirigieron hacia la situación de los inmigrantes, a quienes Trump endilgó la imagen de supuestos pandilleros y criminales.

A propósito, la líder demócrata Nacy Pelosi calificó de prejuicioso e ignorante a Trump y la prensa se encargó de informar acerca de una baja en los hechos ilegales cometidos por inmigrantes, lo que contradijo las apreciaciones del orador en ese sentido.

El Primer Mandatario también se manifestó extrañamente bondadoso hacia los llamados soñadores, es decir, miles de inmigrantes que llegaron cuando niños a la Unión y hoy están amenazados de deportación.

Varios medios cuestionaron la presunta bondad del inquilino de la Casa Blanca hacia esas personas cuando los utilizó como ficha de cambio, al proponerle a los demócratas atenuar su dureza a cambio de apoyo para encontrar el presupuesto destinado al muro en la frontera con México.

Señalado por el diario mexicano La Jornada por ofrecer un discurso patriotero, xenófobo, supremacista y guerrerista, el Presidente estadounidense se enfrenta hoy a millones de críticos.

Así debía ser porque como escribiera The New York Times “más allá de espectáculos superficiales”, Trump ha llevado en su primer año “la política doméstica más despiadada y convencionalmente conservadora en la historia reciente”.