Por: María Josefina Arce
Una lamentable noticia estremeció a la sociedad norteamericana en las últimas horas: el gobierno del presidente norteamericano, Donald Trump, perdió a MIL 475 niños latinoamericanos, quienes fueron separados de sus padres cuando intentaban cruzar ilegalmente la frontera con Estados Unidos o enviados sin la supervisión de un adulto.
Los menores, quienes forman parte de un grupo de más de siete MIL, fueron entregados a familias voluntarias el pasado año, mientras los progenitores encarcelados aguardaban por la realización de un juicio.
La separación de las familias ha sido fuertemente criticada por organizaciones civiles y también por políticos. 'Creo que esta es una crisis de derechos humanos', dijo a la televisora CNN el legislador demócrata por Nueva York, Adriano Espaillat. 'Tener a mil 500 niños, muchos de ellos quizás con patrocinadores que no son consanguíneos, esa es una crisis de derechos humanos'.
Pero la realidad es que solo en el pasado año unos 40 mil menores fueron dados en custodia, al ser separados de sus padres, una situación que sin dudas, puede significar un peligro para la seguridad física y mental de los chicos.
Las autoridades desmintieron que los infantes estén perdidos, pero lo cierto es que hasta el momento desconocen su destino, lo que vuelve a poner en entredicho la mano dura del presidente Trump contra los inmigrantes latinoamericanos, quienes viajan a territorio norteamericano en busca de una oportunidad y tanto han tributado a la economía de esa nación.
De acuerdo con las informaciones, el Departamento de Salud y Servicios Humanos hizo una investigación interna que determinó que a fines de 2017 había 7.635 niños entregados por la agencia a familias de voluntarios y patrocinadores. Cuando los asistentes sociales fueron a comprobar el estado de los chicos se encontraron con que 6.075 todavía vivían con las personas asignadas, 28 se habían escapado, cinco habían sido deportados y 52 vivían con otra persona. Los restantes 1.475 nadie sabe dónde están.
Medios locales señalaron que lo ocurrido no se trata de un fenómeno aislado ni reciente, aunque ha sido aprovechada para cuestionar una vez más la politica antiinmigrante y xenófoba del primer mandatario estadounidense, quien desde su campaña electoral la arremetió contra los llamados ilegales, procedentes en su gran mayoría de América Latina y a quienes intenta presentar como criminales y violadores.
No contento con separar a las familias Trump ha llevado a la militarización de la frontera con México. Desde el pasado mes de abril efectivos de la Guardia Nacional custodian la línea fronteriza para impedir las entrada de indocumentados, una controvertida medida cuestionada no solo por México, sino también por gran parte de la sociedad estadounidense por el alto costo de la operación.
Trump también insiste en la construcción de un muro en la frontera, que ya cuenta con unos 1.050 kilómetros de muros y vallas que separan a ambos países.
Los expertos estiman que el muro aumentará el peligro para las miles de personas que continuarán intentando llegar a territorio estadounidense.
La política antiinmigrante deTrump pone en riesgo la vida de los numerosos inmigrantes, una situación lamentable que ha calado hondo en la sociedad por la increible perdida de más de MIL niños, a quienes, según los medios de prensa, nadie está buscando y cuya responsabilidad eluden las agencias.