Por: Guillermo Alvarado
Familiares y seguidores denunciaron el grave deterioro de la salud de Facundo Jones Huala, líder de la comunidad mapuche de Cushamen, en Argentina, tras varios días de una huelga de hambre que realiza en protesta por su injusta detención por parte del gobierno de Mauricio Macri, y responsabilizaron a las autoridades por lo que pudiera ocurrir con su vida.
La madre del dirigente indígena informó que además de los daños ocasionados por el prolongado ayuno, que reforzó hace unos días al negarse a ingerir líquidos, sufre los efectos de un tumor en uno de sus riñones.
Jones Huala es el “lonko”, como se conoce a los dirigentes sociales y espirituales del pueblo mapuche, de la comunidad donde ocurrió la intervención de la gendarmería argentina y que causó la muerte el año pasado del joven artesano Santiago Maldonado, un hecho que jamás fue suficientemente aclarado.
Varios miembros de ese grupo originario ocuparon tierras que reclaman como suyas y que por decisión del Estado fueron entregadas a la transnacional Bennetton para la explotación de ganado lanar.
La huelga de hambre comenzó cuando el servicio penitenciario le negó el derecho a realizar dentro de la cárcel, junto con los miembros de su comunidad, una ceremonia de alto valor simbólico para su pueblo, lo que fue visto como un acto de desprecio a sus raíces culturales, sus formas de organización y concepciones religiosas.
Pero Facundo Jones Huala también protesta por el hecho mismo de su detención, realizada a pedido del gobierno de Chile, que solicitó su extradición para juzgarlo por terrorismo debido a un incendio ocurrido hace tiempo en ese país y por el que todos los demás acusados ya fueron absueltos.
El año anterior ya había sido capturado por este mismo caso y la justicia argentina decidió que no había razones para enviarlo a Chile. Sin embargo, poco después se le volvió a detener y se inició otro proceso, lo que viola las normas establecidas que dictan que nadie puede ser juzgado dos veces por la misma causa.
El dirigente aseguró que está en la cárcel por ser indígena y por encabezar una protesta de su pueblo contra la depredación que las transnacionales están llevando a cabo en sus tierras ancestrales.
Un amplio movimiento internacional está presionando al gobierno de Macri para que preste atención a este caso y que se haga justicia hacia un pueblo que históricamente ha sufrido el despojo de sus bosques, fuentes de agua y otras riquezas naturales en el territorio donde han vivido desde antes de la colonización europea.
Tanto en Argentina como en Chile la situación de los mapuches es precaria, carecen de acceso a los servicios indispensables, como la salud y la educación y cuando reclaman sus derechos son reprimidos con violencia inusitada y de inmediato se les cuelga el calificativo de terroristas para justificar todo tipo de maltrato en su contra.
Salvar la vida de Jones Huala es un imperativo para quien tenga un mínimo de conciencia de las injusticias que ese pueblo ha sufrido durante ya más de 500 años. Es tiempo de decir basta y exigir un trato decente para su causa.