Por: Roberto Morejón
Una de las economías más prósperas de América Latina, la de Bolivia, recibirá una fuerte inyección gracias a nuevos convenios suscritos con China durante el reciente viaje a Beijing del presidente Evo Morales.
Calificados de trascendentes por la delegación oficial boliviana, los acuerdos emanados de la presencia del también líder indígena anuncian el establecimiento de una asociación estratégica.
En el aniversario 33 de la formalización de los nexos bilaterales, las dos partes diseñaron lo que en el criterio del presidente chino, Xi Jinping, constituye un nuevo modelo de cooperación en inversión, comercio y servicios.
El gigante asiático abrió las puertas a Bolivia a la llamada Ruta de la seda, multimillonario ofrecimiento económico que abarca sobre todo a Asia, sin excluir a otros continentes.
China reafirmó su decisión de construir un corredor ferroviario bioceánico para impulsar la conexión de América del Sur y ampliar los márgenes exportables de Bolivia.
La nación latinoamericana de cultura milenaria logró igualmente financiamiento del Banco de Exportación e Importación de China para la construcción de una carretera entre las ciudades de Oruro y Cochabamba.
Gracias a la visita de Morales al país con la segunda economía más poderosa del planeta, las dos partes suscribieron siete convenios que alientan futuras exportaciones bolivianas de café, soya, carne y quinua, un grano de alto contenido nutricional.
Las aproximaciones logradas durante la permanencia de Evo en Beijing y otras ciudades chinas NO constituyen un hecho aislado porque su interlocutor asiático le concedió un crédito de 761 millones de dólares en 2017.
Además, China instaló en Bolivia 60 nuevas empresas de construcción de viales y plantas industriales capaces de generar 4 mil empleos y favorecer las comunicaciones y el desarrollo.
Sin embargo, lo que merecidamente se califica como ejemplo de cooperación Sur-Sur, sufre el impacto de campañas tergiversadores de adversarios del modelo de Evo.
Empresas chinas en Bolivia están bajo miradas calumniadoras de medios políticos y de comunicación opositores, empeñados en socavar la gestión de un gobierno que llevó a la economía doméstica a los primeros planos del subcontinente.
Desde 2014 hasta 2017 Bolivia se consolidó con el Producto Interno Bruto con mayor crecimiento regional de forma consecutivay se conoce de sus éxitos para atenuar la pobreza.
Con un intercambio comercial que sobrepasó los 2 mil 400 millones de dólares en 2017 aunque todavía deficitario para Bolivia, China le reafirmó a Evo su respaldo para que su país prosiga por la senda hacia la prosperidad.