Por María Josefina Arce

Argentina vive este lunes una huelga general que ha paralizado el transporte tanto aéreo como terrestre, las clases en las escuelas públicas, los servicios médicos, excepto los de urgencia, y los bancarios. El pueblo se ha sumado en su gran mayoría a esta medida convocada por la CGT, Confederación General del Trabajo, principal central sindical del país.

La política neoliberal puesta en marcha por el presidente Mauricio Macri es el centro de la protesta, la tercera de gran magnitud que enfrenta el gobierno, tras los paros de abril último y diciembre del pasado año.

Pero la realidad es que la administración de CAMBIEMOS no ha respirado en poco más de dos años de gobierno. Los argentinos no han abandonado las calles para protestar por las medidas neoliberales puestas en marcha y que han dañado avances en materia social.

Los huelguistas consideran el paro como una oportunidad para que las autoridades se abran al diálogo y escuchen las demandas de los argentinos, ante la situación actual de incertidumbre que vive la nación sudamericana.

Constantes tarifazos de los servicios básicos como el agua, la luz y el gas, así como miles de despidos forman hoy parte de la cotidianeidad de los argentinos, que han visto afectado su poder adquisitivo.

La inflación por demás, no cede y la situación se agudizó en las últimas semanas ante la constante devaluación del peso frente al dólar. Esto llevó al gobierno de Macri a pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional, ampliamente conocido por los argentinos que recuerdan la crisis de la década del noventa del siglo pasado y principios del actual.

Los argentinos no quieren al FMI en la nación y esa es otra de las exigencias del paro general de 24 horas. Sin embargo, el crédito solicitado por Buenos Aires al organismo financiero internacional se concretó hace pocos días por el valor de 50 MIL millones de dólares.

Los huelguistas exigen cambios en la política económica y rechazan el brutal ajuste que, afirman, ha impuesto el Fondo Monetario Internacional para hacer efectiva su ayuda. De hecho desde hace unos días las autoridades comenzaron a poner en práctica las recomendaciones del organismo financiero, tales como el despido de personal de organismos públicos descentralizados como la Administración Nacional de la Seguridad Social, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y la Biblioteca Nacional de Argentina, entre otros.

La oposición ha manifestado que este préstamo solo profundizará la recesión y lo calificó contrario a los intereses del pueblo.

Señalan que el acuerdo con el organismo financiero internacional significará miles de despidos, menos presupuesto para la salud y educación y más ajuste a los jubilados y otros sectores.

La situación económica y social es bien incierta en Argentina, donde este lunes la mayoría de sus ciudadanos paralizaron sus labores para protestar por un gobierno que califican de servir a los más ricos y que no tiene en cuenta a los menos favorecidos.