Por: Guillermo Alvarado
Tras el anuncio de que la embajadora de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas, Nikky Haley, dejará su cargo en diciembre próximo, el presidente Donald Trump deslizó durante una conferencia la potencial renuncia de uno de sus hombres fuertes, el secretario de Defensa, general James Mattis.
Ya no es ninguna sorpresa que el jefe de la Casa Blanca anuncie las medidas más inesperadas, pero desprenderse de dos altos funcionarios que le han servido muy bien durante su administración parece mucho y quizás es una señal de que algo se está resquebrajando en Washington.
Respecto al general de marines, un cuerpo de élite en la fuerza armada estadounidense, llama la atención el tono y las palabras empleadas por el presidente, quien lo comparó con un miembro del partido demócrata y dijo que pronto podría salir del gabinete.
No era eso lo que pensaba justamente Trump cuando anunció su intención de encargarle la cartera de Defensa a Mattis, para lo que tuvo incluso que modificar una ley que le impedía tomar el cargo porque tenía menos de siete años de haberse retirado del servicio activo.
Dijo el jefe de Estado en aquella ocasión que el general James Mattis era lo más parecido a George Patton, uno de los más famosos líderes del ejército norteamericano durante la II Guerra Mundial.
Mattis dirigió un batallón durante la guerra contra Irak en 2003 y sus polémicas frases han dado la vuelta al mundo. Una de ellas es: “Se cortés, se profesional, pero ten un plan para matar a todos los que conozcas”.
No en balde se le conoce como “perro rabioso”, un apodo que sin duda alguna tiene buenas razones de existir.
En Afganistán dirigió grupos de tropas especiales, de esas que se encargan, como bien es sabido, de hacer el trabajo sucio.
Sin embargo por alguna razón a su jefe ya no le cae bien y por eso adelantó que se podría marchar pronto, aunque matizó que al final, todos se van, y es verdad que de este gobierno ya suman unos cuantos en hacerlo, entre ellos el ex secretario de Estado Rex Tillerson.
De acuerdo con un libro del periodista Robert Woodward, Mattis habría cuestionado en alguna ocasión la capacidad de comprensión del presidente Trump, comparándola con la de un niño de 10 u 11 años.
¿Podría ser esta la causa de su eventual expulsión del equipo? ¿O quizás estén dentro de la estrategia del gobernante para enfrentar las ya próximas elecciones de medio término, donde podría redibujarse el esquema político en el Congreso o, al menos, en alguna de sus dos cámaras?
Con alguien a quien le encanta jugar con la teoría del caos como a Donald Trump, cualquier cosa es posible.