Desde hace tres años no muere una embarazada en los consultorios de los médicos cubanos en Haití. Esa realidad rebasa las frías estadísticas para resaltar la importancia de la colaboración bilateral, principalmente en la salud, destacada por el presidente Jovenel Moise.
El primer mandatario, quien realizó una visita oficial a Cuba, y su homólogo Miguel Díaz-Canel subrayaron la intención de ampliar los nexos tan positivos para ambos pueblos.
El visitante, entre cuyos deseos figuró confraternizar con los jóvenes compatriotas que estudian aquí, ha elogiado durante su mandato la magnitud e importancia de la cooperación brindada por Cuba.
Esos lazos se extienden a la agricultura, pesca, educación, deportes, recursos hidráulicos, construcción, meteorología, industria sideromecánica, entre otros, con el acento en la presencia de médicos, enfermeros y técnicos de salud.
Feliz coincidencia se dio entre la permanencia en La Habana del dignatario Jovenel Moise y la conmemoración del aniversario 20 de la asistencia cubana en la rama de la salud, iniciada en mil 998 cuando el azote del devastador huracán Georges.
Desde aquella fecha hasta hoy los profesionales cubanos permanecieron ininterrumpidamente en Haití mientras que misiones médicas de otras naciones viajaron por períodos limitados.
Los cubanos estuvieron al lado de los haitianos en circunstancias de extrema gravedad como el devastador terremoto de enero de 2010 que causó la muerte de cerca de 300 mil personas.
Igualmente los enfermos de cólera y los damnificados de otros huracanes pudieron acudir a los centros de atención habilitados por los cubanos.
Seiscientos integrantes del llamado ejército cubano de batas blancas laboran actualmente en los 10 departamentos de Haití distribuidos en 51 posiciones médicas y 21 hospitales comunitarios, un servicio totalmente gratuito.
Cuba también adiestra a jóvenes haitianos y hasta ahora se graduaron más de mil como médicos, quienes se han distinguido en medio de las emergencias sanitarias.
Cerca de 200 haitianos de escasos recursos estudian carreras de nivel superior en provincias cubanas en la actualidad, incluyendo medicina, ciencias farmacéuticas, telecomunicaciones, ingeniería civil y agronomía.
La colaboración se concreta con respeto a los asuntos internos de Haití y sin presiones a su gobierno, de ahí que los médicos y el personal restante de Cuba se abstiene de participar en la vida política y económica local.
Los cubanos en Haití están orgullosos de que los médicos salvaran en 20 años más de 300 mil vidas y están dispuestos a ampliar esa favorable estadística como resultado de las conversaciones oficiales entre ambos gobiernos.