Por María Josefina Arce
La obsesión del presidente norteamericano, Donald Trump, de construir un muro en la frontera con México parece la trama de un serial televisivo, con intrigas, suspenso y mentiras.
En su afán por lograr apoyo Trump manifestó recientemente en una conferencia de prensa que conversó sobre el controvertido tema con varios ex presidentes, quienes, dijo, le manifestaron su respaldo.
Pero la afirmación del inquilino de la Casa Blanca ha sido desmentida categóricamente. Los ex presidentes demócratas Jimmy Carter, Bill Clinton e, incluso, el republicano George W. Bush negaron haber mantenido un diálogo de este tipo con el actual gobernante.
No es la primera vez, recuerdan medios norteamericanos de prensa, que Trump hace referencia a intercambios con funcionarios y ex gobernantes que en realidad nunca sucedieron.
La idea fija de Trump sobre la construcción del muro fue precisamente el tema de un discurso pronunciado este martes por el mandatario sobre lo que califica como “crisis humanitaria y de seguridad nacional en la frontera con México”.
Trump esgrimió los mismos argumentos sobre la supuesta necesidad del muro en la línea divisoria para solucionar la situación creada al otro lado de la frontera, donde numerosos ciudadanos centroamericanos aguardan para poder entrar en territorio estadounidense.
Eso sí amenazó con el cierre total de la frontera y declarar la zona en emergencia nacional para poder tomar fondos del ejército para su criticado proyecto.
Múltiples críticas recibió el discurso del presidente, que los demócratas calificaron como una rabieta. Nancy Pelosi, jefa de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, señaló que son las políticas del mandatario las que han agravado la situación en la línea divisoria.
El empecinamiento del gobernante y la negativa de los demócratas de aprobar cinco MIL millones de dólares ha llevado al cierre parcial del gobierno desde la medianoche del pasado 21 de diciembre cuando se agotaron los fondos del presupuesto.
Ante el fracaso hasta el momento de sus planes, Trump ha cambiado el muro fronterizo por una cerca de metal, aunque persiste en su idea para frenar a los inmigrantes sin papeles.
La política migratoria del actual gobierno, que incluye separar familias y militarizar la frontera y ha provocado la muerte de dos menores guatemaltecos, solo ha vuelto más peligrosa la situación para quienes intentan ingresar en territorio estadounidense en busca de nuevas oportunidades.
De hecho ha llevado al aumento del tráfico de personas. Los llamados coyotes se están beneficiando de la estrategia del gobierno norteamericano que solo admite al día a unos pocos que solicitan asilo.
Trump habló este martes a la nación para recabar apoyo de la ciudadanía, pero una encuesta dada a conocer la víspera por la cadena televisiva CNN arrojó que 57 por ciento de los norteamericanos se opone a los planes del presidente.