Por: Roberto Morejón

Los cubanos colmaron plazas de las principales ciudades en el Día Internacional de los Trabajadores, cuando reafirmaron el apoyo al proyecto social en marcha, abogaron por la eficiencia económica, rechazaron el bloqueo de Estados Unidos y se solidarizaron con Venezuela.

Las demostraciones con participación compacta de la muchedumbre y lemas alegóricos a las tareas apremiantes del momento, constituyeron nuevas expresiones de la unidad de los cubanos.

En contundentes hileras, los obreros evocaron acuerdos del vigésimo primer Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, reunión reciente donde los delegados reafirmaron la importancia de bregar rigurosamente por la eficiencia económica.

En medio de indudables limitaciones materiales agravadas por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense, los cubanos recordaron en sus manifestaciones en sitios públicos cuántas cosas tienen a su favor.

Entre ellas destacan contar con escuelas y hospitales gratuitos, igualdad de derechos entre hombres y mujeres en un mismo empleo y garantía de acaciones, certificados médicos y jubilación.

Se trata de prerrogativas expuestas en la nueva Constitución refrendada en febrero último por la mayoría de los ciudadanos, quienes también respaldaron con su voto el rumbo socialista del país.

Ese pronunciamiento fue cuestionado por voceros de la administración estadounidense, en la errónea creencia de que los cubanos deben seleccionar el modelo de desarrollo preferido por Washington.

Desde aquella capital se escuchan pronunciamientos en cadena como si compitieran por quién anuncia la más perversa presión encaminada a ahogar a los cubanos por hambre.

Los trabajadores cubanos han tomado nota y así lo denunciaron este primero de mayo de la peligrosidad de la aplicación en todo su articulado de la Ley  Helms Burton.

El título III de ese engendro autoriza la presentación de demandas contra empresas nacionalizadas en el archipiélago caribeño, con el fin de ahuyentar a los inversionistas extranjeros.

Ante la obsesiva asechanza de los jinetes del apocalipsis que cabalgan por la Casa Blanca, los cubanos respondieron en las calles este primero de mayo con nuevas evidencias de patriotismo, alegría y firmeza revolucionaria.

NI siquiera los amilana la última de las intimidaciones de Donald Trump al advertir sobre la aplicación de un embargo total si prosigue el respaldo a una Venezuela soberana.

No hay espacio a la incertidumbre o la angustia. Así lo recalcaron los cubanos en sus desplazamientos masivos por el Día Internacional de los Trabajadores.