Venezuela, agresión indetenible

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-05-04 09:29:20

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Foto: Archivo.

Por: Guillermo Alvarado

La frustrada intentona golpista protagonizada por el autoproclamado “presidente encargado” de Venezuela, Juan Guaidó, es solo un episodio más en una larga cadena de agresiones que Estados Unidos mantiene contra el país sudamericano con el propósito de conseguir un cambio de régimen y apropiarse de los inmensos recursos naturales allí existentes.

En la escenografía puesta en marcha por el jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, su secretario de Estado, Mike Pompeo, el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, y el enviado especial de Washington para Venezuela, Elliot Abrams, incluye ataques y chantajes hacia Cuba, sobre la que mienten descaradamente al asegurar que tiene miles de militares en Venezuela.

La volátil imaginación de estos funcionarios incluye la construcción de fantasías, como afirmar que el 30 de abril el presidente legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro, tenía un avión para trasladarlo a Cuba y que los rusos le ordenaron bajarse de la nave y permanecer en el país.

Asombra tanto la capacidad de de estos señores de decir falsedades sin ningún rubor, como la de la gran prensa occidental de reproducirlas sin tomarse el cuidado de exigir fuentes, ni constatarlas con la realidad.

El caso es que terminado este acto habrá que estar atentos a ver cuál es el siguiente paso, que podría incluir una provocación para justificar la agresión armada, toda vez que ya está claro que Guaidó carece de poder de convocatoria, no tiene ningún control sobre nada y evidentemente es una ficha ya gastada y perfectamente descartable, como ocurrió en su momento con Enrique Capriles y el mismo Leopoldo López.

Si algún consejo se le pudiera dar al “presidente encargado” es que ande con cuatro ojos y tenga muchísimo cuidado con sus amigos del norte, en particular los de la Agencia Central de Inteligencia, experta en construir cabezas de turco y fabricarse excusas.

Volviendo al tema de las agresiones, esta semana el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, advirtió a su homólogo estadounidense, Mike Pompeo, que la continuación de pasos agresivos contra Venezuela podría tener muy graves consecuencias.

En una conversación telefónica, realizada por iniciativa de Pompeo para analizar la situación del país latinoamericano luego del fracasado llamado a una insurrección, Lavrov recordó que solo el pueblo venezolano tiene derecho a determinar su destino y que para eso es necesario un diálogo con todas las fuerzas políticas.

Una intervención foránea destructiva, por el contrario, está reñida con los principios de la democracia, agregó el canciller ruso.

Nadie alberga la menor duda de que todas las intentonas para derrocar a la Revolución Bolivariana tienen el respaldo, el financiamiento y la asesoría y planificación de Estados Unidos, lo que está creando una situación gravísima a nivel regional, donde Washington ha logrado sumar a varios países con gobiernos sumisos, entre ellos Colombia, Brasil, Paraguay, Argentina y Chile.

Como dijo el analista Ángel Guerra en el diario mexicano La Jornada, no se debe subestimar el peligro que significó el llamado a una insurrección contra el presidente Maduro, que pudo desencadenar un enorme derramamiento de sangre.

Esto demuestra, señaló, el carácter criminal, la vocación homicida, ausente de escrúpulos, de gran parte del liderazgo opositor venezolano.

Vivimos tiempos peligrosos, ante un enemigo que no escatima cualquier recurso, por bajo que este sea, para apoderarse del petróleo y otras riquezas que hay en Venezuela y sería iluso, y por tanto arriesgado, pensar que el peligro pasó o disminuyó luego del fiasco golpista del 30 de abril. No está de más recordar la sentencia martiana de que ante el gigante de las siete leguas, nuestros pueblos han de andar en puño apretado, como la plata en el corazón de los Andes.



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