Por: Roberto Morejón
Bajo cualquier circunstancia, los cubanos se proponen desarrollar la agricultura en busca de más producciones, sustituir adquisiciones en el exterior y atenuar el déficit de alimentos, agravado por el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos.
El gobierno cubano instó a los campesinos privados, miembros de cooperativas y a las empresas a generar más alimentos.
La administración encabezada por el presidente Donald Trump agudiza el acoso a Cuba y obstaculiza el acceso a financiamiento, inversiones extranjeras, visita de turistas y llegada de combustible.
Una macabra persecución de Estados Unidos a las transacciones bancarias y la aplicación total de la extraterritorial Ley Helms Burton pretenden frenar el arribo de capitales y tecnologías a Cuba.
Ante la frenética arremetida se impone en la nación caribeña incrementar los alimentos para la población en circunstancias con tendencia a deprimirse.
Recuérdese que también Estados Unidos sanciona a navieras encargadas de trasladar petróleo a la mayor de las Antillas, por lo que los cubanos acentuarán el ahorro de energía.
Es así que en el archipiélago cubano presentan a la defensa y el desarrollo económico como principios cardinales.
Gana terreno entonces implementar el autoabastecimiento municipal y reducir por ese camino los costos en el acarreo de artículos.
A pesar de las evidentes sobriedades de insumos, el gobierno enfatiza en apelar a las reservas de eficiencia de la agricultura e incluso explotar tierras ociosas sin garantías de regadío.
Asimismo se aprestan labriegos y ganaderos a laborar conjuntamente para aliviar las dificultades con la alimentación animal, y se exhorta a elevar producciones de carne de cerdo y maíz.
El presidente Miguel Díaz-Canel encabeza visitas periódicas a las provincias y reuniones del consejo de ministros, donde reclama garantizar la producción nacional de alimentos, invertir en el desarrollo de la industria, encadenar las bases productivas y ampliar las exportaciones.
Mejorar la vida de las personas es una reiteración en esos recorridos y encuentros.
En ese contexto de trabajo abnegado, importantes lagunas materiales y tensa situación en las finanzas internas, el Ministerio cubano de Comercio Interior aplicó regulaciones con el objetivo de lograr equidad en la distribución de ciertos productos.
Controlar NO implica racionar, destacó la Ministra del ramo Betsy Díaz, quien agregó que la política del país tiende a mantener las ofertas.
La respuesta oficial intenta amparar el acceso de todos a surtidos esenciales, como parte de una estrategia de resistencia al acecho estadounidense sin renunciar al desarrollo de la economía.