Por: Guillermo Alvarado
Mauricio Macri no las tenía todas consigo respecto a las elecciones de octubre en Argentina debido a la grave situación económica del país y el descontento popular, pero la reciente maniobra de Cristina Fernández de Kirchner terminó de moverle el piso a sus ansias de reelección.
Como se sabe, la expresidenta anunció la presentación de su candidatura como segunda en la fórmula encabezada por Alberto Fernández, quien fue un alto funcionario de la administración de Nestor Kirchner y luego también del gobierno de Cristina, por lo que podría decirse que se trata de un hombre de la familia.
En un primer momento el anuncio dejó sin respuesta al partido de Macri, que fue tomado por sorpresa porque toda la estrategia estaba montada sobre el supuesto de que la adversaria principal era la antigua jefa de Estado.
La reacción inicial la tuvo Marcos Peña, uno de los asesores del presidente, quien por las redes sociales trató de tranquilizar los ánimos con un poco más del discurso oficial: la decisión de no volver atrás, de buscar el cambio hacia el futuro y que no les afecta cómo se organice la oposición.
Pero resulta innegable que las cosas se empezaron a remover al interior de la coalición de gobierno y las pugnas con vistas a las elecciones primarias internas son cada vez más fuertes.
De acuerdo con el diario Página 12, se fortaleció la posición de quienes piden ampliar la coalición Cambiemos y abrirla a sectores peronistas alejados de Cristina Fernández con el ánimo de erosionar el voto.
Otros van más allá y se inclinan por un llamado Plan V, que consistiría en sacar de la jugada a Macri y lanzar la candidatura presidencial de María Eugenia Vidal, gobernadora de la provincia de Buenos Aires.
El caso es que ya nadie puede hacer como si no hubiese pasado nada porque el presidente se quedó sin su rival, lo cual equivale a decir que perdió la mayor parte de su discurso para justificar la situación.
La economía sigue haciendo aguas, la moneda nacional, el peso, pierde valor cotidianamente, la inflación ya rompió todas las previsiones y la gente está agobiada por el alto costo de la vida, los bajos salarios y pensiones, la pérdida de empleos y las medidas de ajuste dictadas por el Fondo Monetario Internacional, que tiene bajo su tutela la economía.
A mi juicio, en estos momentos la mejor oferta de campaña que pueden hacer los candidatos a la presidencia argentina es tratar de recomponer el desastre que está dejando el gobierno de Macri, que incluye a corto plazo los primeros pagos de la enorme deuda pública que dejará como herencia y que lastrará cualquier programa de desarrollo que se ponga en práctica.