La agricultura cubana contacta con inversionistas foráneos

Editado por Maite González Martínez
2019-05-27 08:16:10

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Por: Roberto Morejón

Cuba promueve inversiones extranjeras como factor esencial para garantizar las producciones actuales y el desarrollo, estrategia en la que la agricultura juega un papel esencial.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, evaluó recientemente de lenta la introducción de la inversión extranjera en la agricultura y la industria alimentaria.

Directivos de esas ramas de la economía trabajan hacia una mayor concreción de negocios con potenciales asociados.

Entre los convenios ya suscritos resalta la creación de una empresa mixta para procesar frutas y vegetales y se pronostican otras tres entidades.

Entre esas últimas destaca una con capital totalmente extranjero para las entregas de pollo.

Esa línea de labor constituye una de las respuestas ante limitaciones con ese alimento en los mercados locales, a causa de contratiempos con tradicionales proveedores y el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos.

Otros cuatro proyectos de la agricultura cubana con aportes de financiamiento externo están en negociaciones.

Todos se enrumban al aumento de las entregas de carne de cerdo, rubro con precios altos en los mercados domésticos.

El Ministerio de la Industria Alimentaria, por su parte, acomete una inversión con un socio extranjero para producir café, galletas y productos culinarios.

De manera que se formaliza en Cuba un despegue de las inversiones foráneas en la agricultura e industria alimentaria.

La perspectiva es encadenar las transacciones hacia lo interno y fortalecer así la economía cubana.

Por esa vía se amplían las posibilidades de responder a la exigente industria del turismo, el mercado interno y sustituir importaciones.

La reducción de las compras externas y el incremento de las exportaciones en la agricultura como ya lo hacen el tabaco, el carbón vegetal y la miel de abeja, son decisivos en tiempos de apremios.

Además de los inconvenientes en el acceso a créditos y la acumulación de deudas por saldar debido a la falta de liquidez, la mayor de las Antillas afronta la aplicación en Estados Unidos en su totalidad del título III de la ley Helms-Burton.

Ese cuerpo legal pretende frenar las inversiones extranjeras en la nación caribeña.

En ese contexto de austeridad, los cubanos concentran los limitados recursos en seis ramas clave, entre ellas el turismo, la industria biotecnológica y farmacéutica y la generación de alimentos.

La última de ellas conlleva asimismo avanzar hacia la seguridad alimentaria, un asunto de seguridad nacional.

Cuba además está obligada a atenuar su desembolso de 2 mil millones de dólares anuales en la compra de alimentos.

Para lograrlo debe hacer más productivas las tierras y aumentar la inversión extranjera.



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