Guatemala votará en junio

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-06-01 08:07:42

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Foto: Archivo.

Por: Guillermo Alvarado

Comenzó el mes de junio, período en que los ciudadanos guatemaltecos están llamados a las urnas para designar a sus nuevas autoridades en un proceso matizado por el descontento, la apatía y muy pocas esperanzas de que haya un cambio en la nación centroamericana que mejore la calidad de vida de la población.

El domingo 16 se abrirán los colegios electorales para designar a nuevo presidente y vicepresidente; 160 diputados al Congreso; 20 miembros del Parlamento Centroamericano, y alcaldes y gobiernos locales en los 340 municipios del país.

A pesar de que, como es tradicional, los partidos políticos han empapelado y pintarrajeado el paisaje urbano y rural, no han logrado despertar el entusiasmo de los 8 millones de inscritos en el padrón electoral, sobre todo por el desencanto de la gente ante la acumulación de problemas no resueltos, o agravados.

La corrupción es galopante y las sospechas se ciernen sobre las principales instituciones gubernamentales, incluida la presidencia, el parlamento y las corporaciones municipales.

Muy mal sabor dejó la acción del jefe de Estado, Jimmy Morales, un antiguo actor cómico, que se empeñó en sacar de Guatemala a la Comisión Internacional contra la Impunidad, supuestamente para evitar que su familia y allegados políticos fuesen investigados por delitos cometidos al amparo de sus cargos.

El Congreso, una de las entidades más desprestigiadas del país, fue copado por un grupo de diputados, denominado “pacto de corruptos”, que legislaron para mantener sus privilegios e impedir la fiscalización contra sus desmanes.

El panorama no es mejor en los gobiernos municipales, por lo que se multiplican los llamados en las redes sociales a la abstención o el voto nulo como una manera de protestar contra una legión de candidatos que no ofrecen nada nuevo.

Un total de 20 políticos aspiran a la presidencia, algunos de ellos con un pasado cuestionable y otros que son perfectamente desconocidos. Como ha ocurrido casi siempre desde el fin del conflicto armado interno en 1996, la izquierda y las agrupaciones progresistas marchan en orden disperso, lo que divide el voto y favorece a la derecha neoliberal.

En esta ocasión la presencia femenina ha sido una nota distintiva. Dos aspirantes fueron descartadas en el curso del proceso, Zury Ríos, hija del dictador Efraín Ríos Montt, y Thelma Aldana, la ex fiscal general que decretó prisión contra el antiguo presidente Otto Pérez Molina y su vicepresidenta Roxana Baldetti.

Siguen en la pelea Sandra Torres, quien a pesar de serias acusaciones en su contra se las arregló para lograr su inscripción y aparece a la cabeza de las encuestas, y la líder indígena Thelma Cabrera, una mujer valiente que defiende los intereses de los más desfavorecidos, pero cuya campaña ha sigo ignorada por la gran prensa nacional.

Casi seguramente habrá segunda vuelta para elegir presidente y vicepresidente, pero para muchos el tema carece de atractivo porque, a menos de ocurrir una monumental sorpresa, todo será más de lo mismo en un país que alguien definió alguna vez como un territorio con grandes riquezas en sus entrañas, pero enorme pobreza en su superficie.



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