Por: María Josefina Arce.
Reconocemos que La Habana es un destino único, así se refieren las compañías norteamericanas de cruceros a la capital cubana, que ahora los ciudadanos estadounidenses no podrán visitar por el reforzamiento del bloqueo contra Cuba.
En una nueva escalada agresiva del gobierno del presidente Donald Trump contra la Mayor de las Antillas, este miércoles entraron en vigor nuevas restricciones de viaje para los norteamericanos, al agregar prohibiciones absolutas para embarcaciones de todo tipo procedentes de Estados Unidos y negar la posibilidad de que buques cruceros visiten nuestro país.
Las compañías de esta alternativa de turismo se han visto obligadas a ofrecer disculpas a sus clientes y han reconocido que la visita a La Habana podía haber inclinado a muchos a escoger el itinerario.
Ya se han visto afectados los clientes que estaban a bordo de la embarcación Carnival Sensation, que comenzó su recorrido hace pocos días, y que tuvo que sustituir su escala en la capital cubana por la isla de Cozumel, México.
En un comunicado la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros informó que estos cambios afectan 'a casi 800 mil reservas de pasajeros que actualmente están programadas o ya están en curso'.
El experto cubano José Luis Perelló señaló que al cierre de mayo pasado la demanda de buques en atracar en Cuba era superior a la capacidad existente, evidencia del interés creciente de las compañías de cruceros por navegar hacia el archipiélago, en particular las procedentes de Estados Unidos.
En lo que va de este año, precisó Perelló, esa modalidad turística reporta un aumento del dos por ciento, con un total de 409 mil visitantes.
De hecho el pasado año La Habana fue seleccionada como mejor destino y puerto en el Caribe occidental por el sitio especializado Cruise Critic, basado en la opinión de los clientes, entre ellos los estadounidenses.
En una declaración Cuba denunció las nuevas acciones agresivas de la administración de Donald Trump, las cuales, enfatizó, están encaminadas a arrancarle concesiones políticas a la nación cubana, mediante la asfixia de la economía y el consiguiente daño al nivel de vida de la población.
En este caso particular, subraya, también se busca impedir que el pueblo de Estados Unidos conozca la realidad cubana, tantas veces tergiversada por los grandes medios de comunicación masiva.
Pero los norteamericanos no están en su gran mayoría de acuerdo con la política hostil del gobierno de Trump, que se ha alineado con ciertos personajes de la ultraderecha de origen cubano a quienes no les interesa para nada el futuro del país donde nacieron y sí mucho mantener llenos sus bolsillos.
Personajes que aplauden la activación del título tres de la criticada Ley Helms Burton, que de manera ilegal promueve las demandas a compañías extranjeras que negocien con propiedades nacionalizadas por la revolución cubana, con total apego a las normas internacionales.
Precisamente la compañía de cruceros Carnival fue objeto de las primeras demandas por utilizar las instalaciones de los puertos de La Habana y Santiago de Cuba.
Lo cierto es que el mundo y en especial buena parte de la sociedad norteamericana rechaza las últimas acciones de Washington que atenta contra su derecho de viajar libremente y conocer otros territorios, entre ellos La Habana, declarada ciudad maravilla.
Así lo demuestran los 650 mil estadounidenses que, junto a medio millón de cubanos residentes en Estados Unidos, visitaron a Cuba el pasado año y pudieron disfrutar no solo de una cálida acogida, sino también de su patrimonio cultural y arquitectónico y su belleza natural.