Por María Josefina Arce
Desafiando las restricciones que impone el bloqueo norteamericano, la organización interreligiosa norteamericana Pastores por la Paz ha estado siempre al lado de Cuba, y año tras año desde la década del noventa del siglo pasado en sus viajes a la nación caribeña ha traído un mensaje de solidaridad y amistad.
En 1992 bajo la guía del fallecido reverendo Lucius Walker surgieron las caravanas de Pastores por la Paz, con el objetivo de hacer frente a la política hostil norteamericana y llevar ayuda solidaria al pueblo cubano, recaudada a su paso por distintas ciudades estadounidenses.
En ese periplo por Estados Unidos los activistas también ofrecen charlas y conferencias sobre la realidad de Cuba y la violación del derecho internacional que constituye el bloqueo, principal obstáculo para el desarrollo de la nación caribeña.
Han sido años de sortear numerosos problemas y de sufrir el acoso de las distintas administraciones de Estados Unidos para poder hacer llegar al pueblo cubano donaciones de incalculable valor, destinadas a ramas primordiales como la salud y la educación y a sectores vulnerables como ancianos y niños.
Nada ha detenido a los caravanistas, ni las amenazas, multas o la retención por las autoridades de parte del cargamento. Con valentía han respondido los activistas que han protagonizado huelgas de hambre y protestas, lo que ha obligado a Washington permitirles el paso.
Aunque se trata de un proyecto de bases religiosas a el se han sumado a lo largo de los años personas de buena voluntad, que rechazan la política hostil hacia Cuba y el fallido empeño de Estados Unidos de rendir por hambre y enfermedades a todo un pueblo.
Un total compromiso con la paz y las causas justas ha marcado la actitud de los numerosos activistas, de diversas nacionalidades, que han visitado a Cuba como miembros de la Caravana Pastores por la Paz.
En esta ocasión la visita a nuestro país de los caravanistas tendrá una significación especial, pues el presidente norteamericano, Donald Trump, ha recrudecido sus medidas contra el pueblo cubano.
En fecha reciente la administración Trump restringió aún más los viajes a la Mayor de las Antillas, lo que ha provocado un gran rechazo en el mundo y en territorio estadounidense.
Para la directora ejecutiva de la Fundación interreligiosa para la Organización Comunitaria Pastores por la Paz, Gail Walker, el trabajo de solidaridad que realizan también les permite luchar contra la desinformación y las mentiras difundidas por el gobierno norteamericano.
Nuestra labor de solidaridad es ahora más importante que nunca, Trump quiere acabar con los vínculos entre ambos pueblos, pero Pastores por la Paz continuará su trabajo y seguirá presionando para que se ponga fin al bloqueo norteamericano, recalcó Gail Walker, en declaraciones a la agencia noticiosa Prensa Latina.
Solidaridad y amor infinito ha caracterizado la labor de más de dos décadas de Pastores por la Paz, que más allá de las valiosas donaciones que han contribuido a paliar los efectos del genocida cerco, han estado siempre al lado del pueblo cubano y lo han acompañado en la defensa de su derecho a escoger su camino y a construir una sociedad justa, próspera y sostenible.