Por: Guillermo Alvarado

Ante la imposibilidad del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, de formar un nuevo gobierno encabezado por su líder, Pedro Sánchez, el país europeo irá a nuevas elecciones el próximo 10 de noviembre para buscar una salida a la prolongada crisis política en esa nación.

Serán los segundos comicios en 2019 y los cuartos en los últimos cuatro años, lo que demuestra la inexistencia de un partido capaz de convocar al sufragio mayoritario de los ciudadanos y obtener un mandato claro.

En las votaciones realizadas el 28 de abril pasado, el PSOE logró una relativa mayoría de 123 diputados, por encima de los 66 del Partido Popular; los 57 de Ciudadanos y los 42 de la coalición Unidas Podemos.

La ultraderechista agrupación VOX era una de las incógnitas de ese evento, pero al final quedó con una decena de escaños, por debajo de los pronósticos.

De todas maneras Sánchez quedó bastante lejos de los 176 parlamentarios que constituyen la mayoría absoluta para gobernar en solitario, lo que le obligó a buscar una alianza, en la que de entrada quedaban excluidos el Partido Popular y Ciudadanos.

De hecho la misma noche de las elecciones los partidarios del PSOE expresaron su claro rechazo a un gobierno de coalición con la derecha, así que las opciones desde el principio fueron muy reducidas.

Pedro Sánchez no logró negociar con Unidas Podemos y otras agrupaciones, como Izquierda Republicana, de Cataluña, y el Partido Nacionalista Vasco porque sus ofertas siempre fueron muy extrañas: les pedía sus diputados, más se negaba a darles cargos de peso en un eventual gobierno.

Esto equivalía a solicitar un cheque en blanco o, por lo menos, olvidar un principio de ese tipo de sistema y es que, en política, no hay almuerzo gratis.

Así, pues, la mesa queda puesta para el 10 de noviembre, pero hay un problema serio y es que algunas encuestas que se hicieron cuando ya todo presagiaba la convocatoria a nuevos comicios señalan que las cosas no van a cambiar mucho para entonces.

Un sondeo hecho del 2 al 9 de septiembre indica que el PSOE subiría en 14 diputados; Ciudadanos perdería 12, el Partido Popular aumentaría en 16 y Unidas Podemos bajaría en 7. A pesar de esas proyecciones, que sólo son eso, el problema de fondo no cambia pues las alianzas siguen siendo necesarias para tener un nuevo gobierno en España.

Mientras tanto los problemas se siguen acumulando, incluido el veredicto que debe pronunciarse a finales de este mes contra los independentistas catalanes algo que puede tener un impacto fuerte en esa región autónoma.

¿Cuánto más soportará España esta crisis política? Es imprevisible pero una solución definitiva y realista no parece estar en las elecciones del 10 de noviembre, a menos que algo cambie dramáticamente en tan poco tiempo.