Por: Roberto Morejón
En su aniversario 59, los populosos Comités de Defensa de la Revolución buscan implicar a más cubanos en tareas decisivas y que piensen como país, como ha solicitado el presidente de la nación, Miguel Díaz Canel.
Los CDR, siglas ampliamente conocidas en Cuba, trabajan porque la organización sea más útil a la comunidad e identificarse con las inquietudes de los residentes.
Contribuir entre todos a identificar las acciones inconvenientes para el entorno y procurar enfrentarlas, encarna un objetivo cardinal de la estructura comunitaria.
Fomentar la unidad de las familias en función de encomiendas sociales y multiplicar lo positivo en la comarca figura a la par como un horizonte de labor.
Para alcanzar esas premisas, los CDR pueden nutrirse de su vitalidad histórica. Desde su creación, constituyeron la respuesta enérgica del pueblo cubano al terrorismo desatado por el gobierno de Estados Unidos.
Casi un millón de personas, congregadas frente al antiguo Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución, escuchaban al entonces primer ministro Fidel Castro el 28 de septiembre de mil 960 cuando se oyeron explosiones.
El líder histórico de la Revolución anunció el establecimiento de un sistema de vigilancia colectiva y así nacieron los primeros Comités de Defensa.
Desde aquella fecha los Comités se caracterizaron por su entusiasmo, iniciativa, voluntad, altruismo y combatividad.
Punto sobresaliente fueron las movilizaciones populares para la noble misión de las donaciones voluntarias de sangre.
Organizados por cuadras, los Comités de Defensa reúnen a 91, 6 % de la población mayor de 14 años, todo un potencial para cumplir misiones destacadas.
Hoy participan directamente en el respaldo a la erradicación de vectores que contagian enfermedades, recogida de materias primas, limpieza de barrios y en movilizaciones de la Defensa Civil.
La histórica formación vecinal aboga por abandonar esquemas y aproximarse a la forma de ser y actuar de las nuevas generaciones.
Entre sus intenciones sobresale además ayudar al enfrentamiento de problemas como el irrespeto a la ilegalidad e indisciplinas.
Los Comités de defensa incentivan en lo posible la preparación del relevo de sus dirigentes con el ingreso de más jóvenes a la organización.
El llamado a pensar como país llega también a los barrios cubanos con vistas a reforzar la solidaridad y ahorrar recursos.
Esta organización popular espontánea, de composición variada y fiel al sistema social que la creó, tiene encargos por cumplir, como ayudar a encauzar la vitalidad ciudadana cuando Estados Unidos recrudece su agresividad.
