Por: Guillermo Alvarado
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplió recientemente mil días al frente de la Casa Blanca rodeado de escándalos, cuestionamientos y en medio de una investigación del Congreso para determinar si se le enjuicia por graves faltas cometidas durante su administración.
Ya es, con mucho, el gobernante más polémico en la historia reciente de la potencia norteña y los calificativos en su contra se acumulan día a día.
Mentiroso, corrupto, xenófobo, racista, arrogante, antiinmigrante, anticiencia y hostigador de mujeres, son algunos de los adjetivos que le endilgan no sólo sus adversarios, sino que incluso notables miembros de la clase política y económica estadounidense y no faltan quiénes se preguntan cómo pudo llegar hasta aquí.
Aislado en su pedestal, el que él mismo se construyó, no sólo desconoce la andanada de opiniones en su contra, sino que alimenta la polémica con patéticas declaraciones, como aquella sobre su “gran e innegable sabiduría” contenida en un mensaje con amenazas directas contra Turquía.
El semanario satírico francés “El pato encadenado” publicó que Trump, con sus salidas desesperadas en el escenario internacional, se parece cada vez más al Joker, ese personaje gesticulante tan apreciado en Hollywood, pero eso se le convierte cada vez más en un bumerang.
Ególatra consumado, el inquilino de la Casa Blanca no vacila para nada en calificar a quienes se oponen a sus caprichos como traidores y enemigos de la patria, epíteto que le ha colgado lo mismo a periodistas que a medios de comunicación, políticos y funcionarios.
Pero quizás la crítica más permanente que se le hace al presidente de Estados Unidos sea sobre su fastidiosa costumbre de hilar mentiras una detrás de la otra. Una investigación del diario The Washington Post revela que, desde que tomó el cargo, Trump ha dicho la bicoca de 13 mil 435 declaraciones falsas o engañosas, lo que equivale a casi 13,5 por día o más de una a cada media hora si consideramos que en su celo por vigilar al mundo, el presidente no duerme.
El escándalo por las presiones contra Ucrania, presumiblemente utilizando la ayuda militar como chantaje, a cambio de que el gobierno de Volodimir Zelensky investigue supuestos actos de corrupción del precandidato demócrata Joe Biden y su hijo Hunter, ha estimulado su hábito de mentir.
Estas revelaciones, recordemos, fueron las que llevaron a crear una comisión para investigar si Trump violó las leyes y se le debe juzgar en el Senado, sonde se decidirá su es, o no, expulsado de su cargo.
Desde el 19 de septiembre, siempre según el Post, ha dicho 250 afirmaciones falsas al respecto.
Si bien mantiene un núcleo fuerte de simparizantes, crece entre la población el sentimiento de que se le debe investigar y juzgar, lo que representa un revés a las puertas de las elecciones de 2020, que podrían ser su último acto. FIN