Por María Josefina Arce (RHC)

Una vez más la comunidad internacional dejó bien claro que Cuba no está sola. Por vigésimo octava ocasión la Asamblea General de la ONU demandó el fin del bloqueo económico, comercial y financiero que por más de medio siglo mantiene Estados Unidos contra el pueblo cubano.

Como en años anteriores fue contundente la condena a una política hostil que causa dolor y sufrimiento a las familias cubanas, y que de abril de 2018 a marzo del presente año ha causado pérdidas a la economía de la Mayor de las Antillas por valor de más de cuatro MIL millones de dólares.

Ciento ochenta y siete países votaron a favor del proyecto de resolución presentado por la nación caribeña sobre la necesidad de poner fin a esa unilateral medida.

A pesar de sus presiones y chantajes, a Estados Unidos y su socio incondicional Israel solo se sumó en contra de levantar el bloqueo el gobierno de Brasil, presidido por Jair Bolsonaro, conocido por todos por su admiración y apoyo al primer mandatario norteamericano, Donald Trump. Dos naciones se abstuvieron.

Antes de la votación se alzaron nuevas voces para denunciar el carácter extraterritorial del bloqueo, y el recrudecimiento de las agresiones de Washington contra Cuba.

En la sede de la ONU en la ciudad norteamericana de Nueva York se escuchó a Egipto, Namibia, Islas Salomón, San Cristóbal y Nieves y Tanzania, entre otros.

Los oradores enfatizaron que el cerco norteamericano constituye el principal obstáculo para que Cuba alcance un desarrollo sostenible y es una violación de los derechos humanos de todo un pueblo.

Emotivas fueron las palabras del representante de Bolivia, quien mandó un saludo revolucionario a todos los cubanos y subrayó que esta sesión de la ONU es una muestra de solidaridad, pero también de agradecimiento a la ayuda desinteresada que en todo momento brinda la nación caribeña.

Discordante como siempre la intervención de Estados Unidos que con su habitual arrogancia y menosprecio por el derecho internacional y el resto de las naciones que conforman la ONU, aseguró que desconoce el reclamo del mundo.

Manidos y falsos argumentos llenaron la intervención de la embajadora norteamericana ante el organismo multilateral, Kelly Craft, quien volvió a atacar las misiones médicas cubanas en el exterior, uno de los programas solidarios de la nación vecina más reconocidos a nivel internacional, y por el cual varias delegaciones expresaron su agradecimiento.

Bien distinta fue la acogida a las palabras del canciller cubano, Bruno Rodríguez,  muestra de la admiración y respeto que despierta Cuba en el mundo; Con argumentos contundentes desenmascaró la doble moral de Estados Unidos y las mentiras tras las que se escuda para intentar justificar el genocida bloqueo.

Con aplomo, pero con la verdad emplazó el canciller cubano a Estados Unidos a explicar ante el organismo internacional las trabas que impone su política hostil a la compra de alimentos, medicamentos, a las relaciones comerciales, al desarrollo económico de Cuba.

En su alocución Rodríguez mencionó casos específicos de personas que en la mayor de las Antillas se ven directamente golpeadas por el bloqueo económico, comercial y financiero que desde hace casi 60 años mantiene Washington con el consabido dolor y sufrimiento para las familias cubanas.

La víspera, una treintena de Estados miembros de Naciones Unidas y representantes de organizaciones regionales, como el Movimiento de Países No Alineados y el Grupo de los 77 más China reafirmaron su rechazo a ese cerco, y pidieron acabar con tal mecanismo.

La derrota norteamericana estaba clara, así lo evidenciaban las distintas intervenciones de numerosos oradores en las dos jornadas en que fue sometido a debate, antes de su votación,  el proyecto cubano de resolución sobre la necesidad de poner fin al bloqueo, calificado por la gran mayoría de la comunidad internacional como una política anacrónica y obsoleta, pero también violatoria del derecho internacional y que clasifica como genocida.

Han sido nuevamente jornadas históricas las vividas en la ONU, en la que Cuba dejó claro, como bien reiterara su canciller, que ni amenazas, ni chantajes le arrancarán una sola concesión, y en las que también agradeció  a todos los que la han acompañado en su lucha contra el bloqueo.

Pues como bien afirmara el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, en el Encuentro Internacional contra el neoliberalismo, celebrado recientemente en La Habana, los cubanos tenemos mucho que agradecer a la solidaridad y la ternura de otros pueblos.