Por: Guillermo Alvarado
Siguiendo el principio martiano de que ser cultos es la única manera de ser libres, la Revolución Cubana ha conseguido que las personas piensen en términos de solidaridad, de participación plena en la democracia y en las transformaciones realizadas durante las últimas seis décadas.
De esta manera, la cultura se ha convertido en una prioridad y en el núcleo esencial de la Revolución, aseguró el intelectual cubano Abel Prieto, exministro del ramo y actual presidente de la Sociedad Cultural José Martí.
En entrevista concedida al diario mexicano La Jornada, el autor de la novela “El vuelo del gato” apuntó al centro de un fenómeno recurrente en diversos puntos de nuestra región, como lo es el retroceso o las enormes dificultades para avanzar de determinados procesos progresistas.
Abel Prieto señaló que en un país se pueden hacer muchas reformas, agrarias, urbanas o de otro tipo, pero “si no se cambia la mentalidad de las personas, si no se cambia culturalmente al ciudadano, es muy probable que lo que se está construyendo sea frágil”.
Ejemplos sobran en este mundo de hoy, donde está demostrado que no basta con modificar la calidad de vida material de la gente, si eso no va aparejado o, mejor aún, precedido por una transformación del pensamiento y del modo de ver y comprender la realidad.
Gracias a la visión de Fidel Castro, el líder histórico de la Revolución, en Cuba se comenzó a trabajar en este sentido desde el primer momento, precisó Prieto.
En 1959 se creó el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos y se fundó Casa de las Américas. Al año siguiente surgieron la Escuela Nacional de Instructores de Arte y la Imprenta Nacional, cuyo primer libro fue una edición de El Quijote en cuatro tomos, que se vendió a precio ínfimo.
Durante la invasión mercenaria de Playa Girón estaba en pleno funcionamiento la campaña de alfabetización que fue, al decir del escritor cubano, un proceso de aprendizaje de doble sentido, porque los miles de jóvenes y adolescentes que marcharon al campo a enseñar las primeras letras conocieron los valores y la vida en el área rural, y los campesinos descubrieron la luz de la lectura.
A la par del fortalecimiento de la cultura, y sin duda gracias a esto, la participación popular durante estas seis décadas en todo cuánto se ha hecho en Cuba ha sido consciente, lúcida y entusiasta y allí radica el secreto de la resistencia a las agresiones urdidas desde Estados Unidos, incluido el cruel y genocida bloqueo, que una vez más fue rechazado la víspera en la ONU.
Explica también como un país pobre y asediado ha alcanzado notables éxitos en las ciencias, la educación, la salud, el deporte y las artes, actividades que no tienen una concepción elitista, sino que están al alcance de todos.
Esto, dijo Abel Prieto, en consonancia de las ideas de Fidel quien enseñó que aun en los periodos más difíciles o de mayor escasez, la cultura es lo primero que hay que salvar y con ello la identidad del pueblo cubano.