Por: María Josefina Arce
El Salvador ha comenzado a cambiar. El gobierno presidido por Nayib Bukele, que asumió en junio de 2019, inició el desmonte de la política social implementada en los diez años de mandato del FMLN, Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
La gestión del Frente logró transformar en gran medida el sistema heredado por gobiernos neoliberales. De hecho organismos internacionales han reconocido que la inversión social más grande en toda la historia de El Salvador ha sido en estos últimos 10 años.
El país centroamericano logró disminuir el índice de pobreza del 40 al 32.7 por ciento, solo entre 2008- 2016, gracias al desarrollo de planes de subsidio social para las personas y familias más vulnerables
En salud los gobiernos del Frente hicieron posible que los salvadoreños tuvieran acceso a la atención médica, con una reforma integral del sector que se fue gestando bajo el mandato de Mauricio Funes y se consolidó con Salvador Sánchez Cerén.
A través de la reforma sanitaria se eliminó la "cuota voluntaria" para acceder a cualquier servicio de salud en El Salvador, mientras que más de 420 centros de atención sanitaria fueron creados en poblados rurales y marginados.
La creación de Equipos Comunitarios de Salud Familiar en 187 municipios del país centroamericano, y la inauguración de 5 hospitales nacionales hicieron posible el acceso a los servicios sanitarios de quienes antes no tenían esa posibilidad.
Pero ahora todos estos avances están en peligro. El presupuesto general de la nación para el 2020 presenta un recorte de 33 millones de dólares del monto establecido para el sector de la salud, lo cual afecta directamente a la población más vulnerable.
Irma Amaya, diputada del Parlamento Centroamericano por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, denunció que serán desmontados programas de atención primaria como el de Fortalecimiento a la Salud de la Mujer.
En esta misma situación se encuentra el programa de rehabilitación oftalmológica Misión Milagro, al no permitir la renovación del convenio entre El Salvador y Cuba, a pesar de las promesas de Bukele de mantener esa iniciativa.
De hecho en noviembre pasado fue desmantelado en la ciudad de San Vicente el Centro oftalmológico de primer nivel, operado por cubanos, que atendía gratis a los salvadoreños sin recursos.
La decisión ha afectado el tratamiento de cientos de ciudadanos, que quedaron pendientes de una segunda intervención para corregir determinados defectos.
El Salvador sufre una transformación que en nada beneficia a los sectores más vulnerables, a los de menos recursos, que con los dos gobiernos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional habían comenzado a tener una vida más digna, con derechos humanos como la salud y la educación garantizados.