Por: Guillermo Alvarado
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, adoptó la extrema medida de prohibir la entrada a ese país a los ciudadanos de 26 países europeos durante un término de 30 días con la excusa de evitar la expansión del nuevo coronavirus, causante de la pandemia de COVID-19.
Quedaron excluidos de esta polémica decisión los habitantes del Reino Unido, pese a que también allí circula el microorganismo que causa hoy día gran preocupación en el mundo entero.
Dirigentes de la Unión Europea reaccionaron con molestia ante la medida de la Casa Blanca, que parece ir en contra de las recomendaciones de fomentar la cooperación internacional en el enfrentamiento de esta enfermedad.
Es verdad que la situación en ese bloque continental es seria, en particular en Italia, país declarado por su gobierno en cuarentena total, por lo que fueron suspendidos todos los eventos de cualquier tipo y se cerraron los comercios que no tengan que ver con la distribución de alimentos y medicinas.
Las cifras cambian constantemente, pero la Organización Mundial de la Salud dijo en uno de sus últimos reportes que en Europa occidental hay más de 20 mil casos confirmados de Covid-19 y los fallecidos rebasan los mil.
Otro país muy tocado es España, donde el coronavirus llegó hasta el gobierno luego de que la ministra de Igualdad, Irene Montero, diese positivo a la enfermedad y su esposo y vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, está en cuarentena.
Así y todo, los principales organismos de la Unión Europea criticaron el anuncio de Trump. En un comunicado conjunto la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y su homólogo del Consejo, Charles Michel, desaprobaron la prohibición de viajes hacia Estados Unidos por ser una medida unilateral y sin consulta previa.
La crisis generada por el Covid-19 es global, recordaron ambos responsables, y no se limita a un solo continente, por lo que su gestión requiere de la colaboración entre instituciones y no de acciones unilaterales.
En realidad esta decisión de la administración Trump tiene más que ver con politiquería que con acciones sanitarias concretas y quizás en el fondo pretenda obviar las críticas que ha recibido la Casa Blanca por su tardía reacción ante la emergencia.
De hecho, una de las razones esgrimidas por el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, para declarar la etapa de pandemia de la enfermedad fue la inacción de muchos gobiernos para hacerle frente.
Dijo que se trata de una situación controlable pero hace falta mayor vigilancia para identificar, aislar y tratar cada caso para romper la cadena de contagios.
En Estados Unidos, recordemos, no existe un sistema de salud universal y por lo menos 30 millones de habitantes carecen de seguro médico, por lo que en caso de resultar contagiados no tienen ningún lugar a dónde ir para buscar ayuda y multiplicarían los casos de Covid-19 dentro de ese país.
Hasta hoy el gobierno no se ha pronunciado sobre este problema, que puede ser mucho más grave que el eventual ingreso de un extranjero portador del virus.