Por: Roberto Morejón
El Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Craig Faller, volvió a evidenciar su favoritismo por las cámaras y micrófonos de la prensa para enfilar sus gastadas embestidas contra Venezuela, aunque en este caso también se refirió soezmente a Cuba.
No se sabe si cumpliendo órdenes o por iniciativa propia, el alto oficial suele incursionar en la élite política, algo no habitual en los cargos militares encumbrados.
Faller insistió hasta el cansancio en las más alucinantes mentiras sobre el gobierno de Venezuela, al que ahora inculpa, como la administración de Donald Trump, de participar en el narcotráfico.
En su irrupción en los medios, el Almirante relacionó a Cuba con esa supuesta misión de Caracas, sin aportar pruebas y limitarse a justificar su exabrupto con una frase ambigua.
Faller insistió en que es imposible que no exista una conexión en el narcotráfico por la relación estrecha entre Cuba y Venezuela.
El retórico uniformado trató de restar importancia al desproporcionado despliegue militar estadounidense en el Caribe, con el pretexto de contener el narcotráfico.
Muchos analistas lo relacionan con los ataques de Washington contra la Revolución Bolivariana.
Los devaneos del Almirante sobre Venezuela y sus imputaciones sin evidencias contra Cuba siguieron a la difusión de un artículo en la revista estadounidense Newsweek.
En el material periodístico alguien presentado como “alto cargo del Pentágono” afirmaba sobre la posesión de ciertas "pruebas" de que Venezuela traficaba con narcóticos en la ruta hacia Cuba.
Tal calumnia fue rechazada por el gobierno cubano que la consideró un argumento para calzar los objetivos belicistas de Washington hacia América Latina y el Caribe.
El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, calificó en la red social Twitter de grave peligro para el área las más recientes acusaciones del gobierno estadounidense acerca de un supuesto tráfico de drogas entre el país sudamericano y el archipiélago caribeño.
NO debe asombrar el levantamiento de un nuevo pretexto estadounidense para desestabilizar al Hemisferio, aun en medio del azote de la pandemia por el nuevo coronavirus que debería mantener a los inquilinos de la Casa Blanca concentrados en solucionar la crisis sanitaria.
El Jefe del Comando Sur debería organizar sus cañoneras para acarrear ventiladores mecánicos a algunos países del Hemisferio agobiados por la COVID-19, en lugar de enfilarlas en función de apetitos geoestratégicos.
