Por Maria Josefina Arce
La desigualdad existente en el mundo de hoy por el injusto orden económico internacional, que promueve el egoísmo, el enriquecimiento de minorías a costa del sufrimiento de las mayorías y la destrucción del planeta en que vivimos fue denunciada nuevamente por Cuba, en la conferencia virtual de alto nivel del ALBA-TCP, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, celebrada en las ultimas horas.
En su intervención el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, denunció que los efectos de la COVID 19 lo sienten con mayor fuerza las naciones del Sur pues al pesado lastre del subdesarrollo y el endeudamiento, se suman sanciones económicas como el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba que compromete su avance y dificulta la respuesta a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
Una realidad mostrada en toda su crudeza por el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, en sus discursos y escritos. Acertadamente plantearía la necesidad de que cesara la hegemonía, la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño.
Fidel Castro clamaría en todo momento por un orden internacional justo e incluyente y por la utilización de la ciencia a favor de la humanidad y no en la producción de nuevas armas, un reclamo de gran vigencia en estos tiempos de pandemia.
Por eso, como afirmara en sus palabras el presidente cubano, es indispensable la solidaridad, que ha estado presente desde la creación del ALBA, pero que urge perfeccionar en el contexto actual, ante las predicciones de la CEPAL, Comisión Económica de la ONU para América Latina, y que prevén una caída de la actividad económica y un crecimiento de la pobreza en la ya desigual región.
Cuba como tantas otras veces, reiteró su disposición de poner ahora al servicio de los pueblos del área su experiencia en el enfrentamiento a la COVID 19 como ya hace en Venezuela, Nicaragua y otras naciones del mundo.
En la actualidad 34 brigadas médicas cubanas, integradas por más de dos MIL 500 cooperantes contribuyen de manera solidaria a mitigar el impacto de la pandemia en 26 países a pedido de los gobiernos. La gratitud de los pueblos y sus muestras de cariño, como la de los habitantes de Lombardía, en Italia, hablan por sí solo de cuán alto se valora el trabajo de los profesionales cubanos de la salud, a pesar de la campaña en contra de Estados Unidos.
Pero además, manifestó la Mayor de las Antillas su voluntad de trabajar todos unidos para enfrentar también la crisis económica que amenaza al mundo y que, enfatizó Díaz Canel, será más grave para quienes como Cuba, Venezuela y Nicaragua son víctimas de genocidas medidas.
Cuba, fundadora junto a Venezuela del ALBA, siempre estará dispuesta a brindar su mano solidaria y a continuar trabajando por perfeccionar el mecanismo de integración que dio vida a un nuevo tipo de relación entre los pueblos y busca elevar el bienestar de sus naciones miembros, pero también de toda América Latina y el Caribe.