Por: Guillermo Alvarado

La información de que en todo el planeta se rebasó la cifra de 15 millones de personas enfermas con la covid-19 y los fallecidos rondan los 624 mil, es una clara muestra de cómo la pandemia por el SARS-CoV-2 está muy lejos de ser controlada y su amenaza sobrevuela y asusta a nuestra especie.

Un estudio publicado la víspera por el diario francés Le Figaro muestra que en la última semana se anunciaron como promedio 230 mil nuevos casos cada 24 horas, una cifra alucinante.

Estados Unidos continúa como el país más tocado por esta tragedia, con prácticamente cuatro millones de contagios y más de 143 mil muertos, sin que se vea por el momento ninguna remisión en las estadísticas.

Las cifras suben en 23 de los 50 estados, con particular fuerza en Alabama, California, Nevada, Florida y Texas, al grado de que en el país más desarrollado del mundo la espera para cremar el cadáver de un familiar llega a las dos semanas.

No se queda atrás Brasil, que registró una explosión de contagios el miércoles con 67 mil 860 nuevos casos y en estos momentos tiene 2,23 millones de habitantes con la enfermedad y casi 83 mil decesos y tampoco allí hay signos de que se haya alcanzado el punto más elevado de la curva.

Fuera del continente americano, la situación se torna complicada en la India, cuyo gobierno adoptó medidas rigurosas de aislamiento en marzo, pero luego las levantó a finales de junio en un intento de reactivar la economía.

El resultado fue un desastre y ya se cruzó la barrera de un millón de contagios con 25 mil 600 muertos. Las autoridades suspendieron por primera vez en más de un siglo la peregrinación a un lugar sagrado en las montañas de Cachemira.

John Fleming, funcionario de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, aseguró que Asia del Sur podría convertirse en el próximo epicentro de la pandemia.

Como señalé en comentario reciente, los especialistas también temen las consecuencias de la enfermedad en África, donde la pobreza y el abandono son un caldo de cultivo para su diseminación.

En Israel esta grave crisis sanitaria fue aprovechada por el gobierno de corte sionista para imponer la llamada “Gran Ley del Coronavirus” que da poderes especiales al ejecutivo para declarar estados de emergencia y duras restricciones en el ámbito público y privado hasta junio de 2021.

Con raras excepciones, este mundo, que ya no es ancho ni ajeno, vive tiempos convulsos donde el espíritu humano se pone a prueba y bien podría quedar suspenso en materias tan sensibles como la solidaridad y la ayuda mutua. Ya veremos.