La transnacional del crimen

Editado por Maite González Martínez
2020-07-28 07:22:52

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Por: Guillermo Alvarado

La denominada Operación Cóndor fue la manera más nefasta de cooperación internacional que ha ocurrido, aseguró la académica e investigadora italiana Francesca Lessa, quien ha dedicado largos años a estudiar los pormenores de esta especie de transnacional del crimen patrocinada por Estados Unidos.

Si bien se considera que Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil y Paraguay fueron los participantes en estas acciones de exterminio y desaparición de militantes y líderes de la izquierda, en realidad sus tentáculos llegaron a muchos más países, incluso de América Central.

Se sabe, por ejemplo, que militares argentinos asesoraron y entrenaron a sus pares guatemaltecos en tácticas antiguerrilleras urbanas, que llevaron al asesinato de decenas de combatientes y al desmantelamiento de varias estructuras en la capital y otras ciudades de ese país durante 1981.

Aunque se estima que la Operación Cóndor es una coordinación destinada a la represión sin fronteras que comenzó a finales de los años 70 y los 80 del siglo pasado, Lessa señala que por lo menos una década antes ya había intercambio de información entre aparatos de inteligencia de la región.

Incluso algunas de estas tácticas se utilizaron contra exiliados brasileños en Uruguay tras el golpe de Estado en 1964.

Un factor decisivo en su desarrollo fue la imposición de la doctrina de seguridad nacional de Estados Unidos, que incluyó la preparación de cientos de oficiales en la Escuela de las Américas o en instalaciones ubicadas en territorio norteño, como Fort Bragg, entre otros.

También hubo cursos “a domicilio”, como aquellos sobre torturas impartidos por el agente de la CIA, Dan Mitrione.

Francesca Lessa contó al diario Página 12 que su trabajo le permitió identificar a 763 víctimas de esa coordinación represiva y asistió durante años a los juicios realizados en Argentina contra varios de los culpables.

No pudo hacer lo mismo en Uruguay porque fue amenazada de muerte en 2017 por el Comando Barneix, un aparato clandestino de extrema derecha que hostiga a jueces, testigos y periodistas para impedir que se haga justicia.

Este grupo, muestra clara de que la garra del cóndor no ha desaparecido, se creó tras la muerte del general uruguayo Pedro Barneix, quien se suicidó luego de ser procesado por graves violaciones a los derechos humanos.

Hasta el momento Argentina es el país que ha investigado con mayor seriedad las tropelías cometidas por los ejércitos y las policías regionales. En Chile y Uruguay hubo algunos juicios, pero con una visión muy local.

Quedan más preguntas que respuestas sobre la Operación Cóndor y miles de descendientes de sus víctimas esperan todavía la verdad sobre los culpables y el debido castigo.



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