Por: Roberto Morejón
Los cubanos de la tercera edad, conminados por la pandemia de la COVID-19 a conservar aislamiento social, recibieron con agrado la noticia de que recibirán sus pensiones a través de una nómina electrónica.
Además de inscribirse en los esfuerzos del país por avanzar en la informatización de la sociedad, la disposición estimula a los adultos mayores, quienes realizarán menos diligencias para acceder a sus retribuciones.
Hasta ahora, debían hacer trámites periódicos para actualizar las denominadas chequeras, pequeños documentos portadores de talonarios para recibir asignaciones bancarias.
Casi 80 por ciento de los más de 1 millón 600 mil beneficiarios de la seguridad social en la mayor de las Antillas recogen sus pensiones mediante chequeras, susceptibles de deterioro y pérdida.
Los bancos prescindirán de ese medio y apelarán a las normas electrónicas además de alentar, fundamentalmente en La Habana , la adjudicación de tarjetas magnéticas con las cuales los ancianos pueden acudir a cajeros automáticos.
Los bancos y el Ministerio cubano del Trabajo y la Seguridad Social informaron sobre la continuidad de facilidades a los longevos imposibilitados de concurrir a cobrar sus pagos.
Para ello Cuba cuenta con más de 4 mil 600 trabajadores sociales, muy activos durante la pandemia.
Ellos, junto a trabajadores con vínculo laboral interrumpido por la emergencia sanitaria, llevaron a las viviendas de los ancianos alimentos, fármacos y pensiones.
A pesar de las severas presiones sobre las arcas estatales por las afectaciones a la economía derivadas de la crisis mundial de salud, en Cuba continuaron los pagos a los jubilados.
Es cierto que muchas de esas personas devengan retribuciones modestas, pero el Estado busca modalidades de atención para reducirles sus erogaciones por otros servicios.
La prioridad en Cuba en la atención al adulto mayor se ilustra al conocerse que las autoridades ampliaron en los últimos meses el concepto de núcleo vulnerable.
Esa jerarquización NO solo está supeditada a los bajos ingresos por pensiones sino por otras circunstancias desventajosas de la población, al punto de que las células frágiles llegaron a más de 606 mil.
Resaltan los esfuerzos en ese sentido a pesar del recrudecimiento del bloqueo estadounidense.
En ese contexto, la supresión de las chequeras evidencia nuevamente que los adultos mayores no están olvidados.