Por: Roberto Morejón

La ciencia cubana se viste de largo nuevamente con el inicio de la primera etapa de ensayos clínicos de su candidato a vacuna contra la COVID-19, acierto posible por el talento y consagración de sus investigadores y técnicos y el apoyo del Estado.

 Si bien se sabía de indagaciones con aspirantes a vacunas, los detalles fueron limitados, guiados por el deseo de trabajar sobre bases firmes.

 Con los ensayos clínicos inaugurales, los científicos cubanos avanzarán hacia la publicación de los resultados en enero próximo del antídoto nombrado como Soberana 01.

 El patronímico revela el carácter de exclusividad e independencia sobre el fármaco profiláctico, impensable para un país pobre, bloqueado por Estados Unidos y en apremios económicos como consecuencia de la pandemia.

 A pesar de esas restricciones, la mayor de las Antillas lleva muchos años enfatizando en la ciencia, por empeño del líder histórico Fidel Castro.

 El presupuesto del Estado calza el desarrollo de la ciencia, tecnología y la inversión, que a su vez impactan en el Producto Interno Bruto.

 Conocida como una nación de amplio potencial médico y farmacéutico, de laboratorios y plantas en este país caribeño emergen tratamientos efectivos contra diferentes tipos de cáncer, incluyendo la vacuna Cimavax, para dolencias pulmonares.

 En medio de la lucha por contrarrestar un rebrote de la COVID-19, los médicos cubanos apoyados por científicos, disponen de un protocolo de atención a pacientes básicamente autóctono.

 Trece de los 16 medicamentos utilizados en hospitales y sitios de aislamientos son de procedencia local.

 Sus resultados son encomiables, pues más de 80 por ciento de los enfermos de COVID-19 lograron recuperarse, los terapeutas consiguieron bajar la incidencia de personas en estado crítico y grave, con menos de 90 fallecidos.

 Ahora con un candidato de vacuna para prevenir contra el presente azote de la Humanidad, los científicos antillanos subrayan su talento, altruismo, voluntad y espíritu de ayudar a su patria.

 Los aciertos de la ciencia y la medicina son compartidos por Cuba en medio de las más desfavorables circunstancias, como las creadas por Estados Unidos para impedir la colaboración de salud.

 Hasta tanto No esté a punto la vacuna, a los cubanos les resta mantener una disciplina estricta y observar las medidas higiénico-sanitarias, pues hay esperanzas en el horizonte, pero el enemigo está a las puertas. FIN