El Plenario Intersindical de Trabajadores-Convención Nacional de Trabajadores exigió mejoras para la clase obrera
Por: Roberto Morejón
A seis meses de asumir el poder, el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, presenta al país como la tierra prometida, y si bien es elogiable la limitada incidencia de la COVID-19 , los sindicatos hablan de un escenario nada placentero.
La central obrera PIT-CNT de larga tradición de lucha fue al paro general con gran impacto económico y social, según afirmaron los líderes gremiales acerca de la primera conmoción enfrentada por el gobierno neoliberal.
El Plenario Intersindical de Trabajadores-Convención Nacional de Trabajadores exigió mejoras para la clase obrera y protestó por las políticas de austeridad.
De acuerdo con los convocantes al paro, en Uruguay resulta imprescindible defender el trabajo y la creación de puestos de calidad.
Llamativamente, la interrupción laboral de 24 horas coincidió con el debate parlamentario de un proyecto de ley de presupuesto considerado por amplios sectores como un golpe a los bolsillos del ciudadano común.
Debe tenerse en cuenta que el ministro uruguayo del Trabajo, Pablo Mieres, auguró la pérdida de salario real en 2021.
El ofrecimiento de nuevo presupuesto prioriza reducir el déficit fiscal de Uruguay de 4,8 por ciento a 2,5, a costa ----dicen los críticos ---de bajar el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones.
La alerta de los censores del proyecto parece bien encaminada, a juzgar por un informe del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social.
La entidad reveló un agravamiento de la pobreza en 2020, problema que afectaba a más de medio millón de uruguayos al concluir 2019.
Muchas personas en tal situación carencial podrían figurar entre las 110 mil forzadas a acudir a ollas populares, un número aportado por el dirigente sindical Fernando Pereira.
Los sugeridos recortes de sustentos financieros públicos atentarían asimismo contra la estabilidad de servicios básicos como la salud y educación.
Sobre la enseñanza ya hay asomos de escasez de respaldo material, pues en cinco años Uruguay puede perder entre 400 y 500 docentes, al disminuir vías de superación personal y considerar la emigración.
Como se aprecia, el panorama del Uruguay neoliberal dista del idílico ostentado por el gobierno con destino al consumo externo y la propaganda alabadora.
El paro obrero de esta semana contribuyó a delinear contornos más realistas de la República Oriental.