Foto: Archivo/RHC.

Por: María Josefina Arce

Los chilenos volvieron a las calles en los últimos días para conmemorar los sucesos de octubre de 2019, cuando el alza de la tarifa del metro de Santiago de Chile, la capital, provocó un estallido social que el día 18  se extendía a todo el país y era incontrolable.

El multimillonario presidente Sebastián Piñera vivió una crisis sin precedentes desde el fin de la dictadura militar de Augusto Pinochet, en la que en reiteradas ocasiones se escuchó la exigencia de su renuncia.

La protesta, iniciada por jóvenes estudiantes, se extendió a toda la sociedad y fue el detonante de un malestar acumulado durante décadas en un país altamente desigual.
Chile presenta profundas diferencias sociales, fruto de un modelo económico neoliberal, implantado en la dictadura y mantenido en la llamada democracia.

De acuerdo con la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la nación austral tiene uno de los mayores niveles de concentración de la riqueza, el 10 por ciento más rico posee casi 60 por ciento de la riqueza del país.

El movimiento "Chile despertó"  dejó al descubierto la inconformidad de la ciudadanía, que se lanzó a las calles a demandar educación y salud de calidad y para todos, pensiones decorosas y respeto a los derechos de las comunidades indígenas, entre otros reclamos.

Las multitudinarias manifestaciones, violentamente reprimidas por los carabineros, dejaron un saldo de más de una treintena de muertos y miles de heridos, 500 de ellos con lesiones oculares causadas por disparos de perdigones.

Toque de queda, militares y tanques en las calles, al mejor estilo de la dictadura de Pinochet, y un uso excesivo de la fuerza caracterizaron el escenario de hace un año en Chile.

La presión popular llevó al cambio de gabinete y del lenguaje del gobierno que se vio forzado a conversaciones con las fuerzas políticas, lo que abrió el camino para una reforma constitucional, que elimine la que rige hoy el país, vigente desde la dictadura.

A un año del estallido social se han ido sumando otras demandas como una reforma de los carabineros, pues aunque la Covid-19 llevó al cese de las multitudinarias protestas por las restricciones impuestas, en los últimos días los chilenos volvieron a las calles y nuevamente fueron brutalmente reprimidos.

Ahora la sociedad tiene la mirada puesta en el próximo domingo, cuando tendrá lugar el esperado plebiscito que puede abrir el camino para un cambio constitucional, si como se estima triunfa la opción a favor de una nueva Carta Magna.