Por: Roberto Morejón
La nueva estrategia cubana con respecto a la pandemia por el nuevo coronavirus insiste en el aumento de la responsabilidad ciudadana, la necesidad de cohabitar con el virus, y en reforzar controles, con el apoyo de la ciencia y de laboratorios especializados.
A pesar de las limitaciones derivadas del recrudecimiento del bloqueo estadounidense y el cierre de actividades productivas, la mayor de las Antillas robustece su plataforma de salud.
Es así que invierte recursos en la construcción de nuevas capacidades de estudio de muestras para determinar la presencia del SARS-Cov-2, causante de la COVID-19.
Los laboratorios son imprescindibles porque permiten notables incrementos en los análisis de muestras de PCR recopiladas y un diagnóstico más rápido.
Si al principio de la pandemia la nación caribeña contaba con apenas cuatro enclaves para precisar los contagios, el número llegó ahora a 13, todos con moderna tecnología de biología molecular.
Los emplazamientos se abren en territorios con importantes funciones productivas, de servicios y capacidades para atender turistas.
De manera que con más laboratorios, Cuba estará en condiciones de avalar su condición de país seguro en la atención a visitantes extranjeros.
Téngase en cuenta que la instrucción del personal corre a cargo del reconocido internacionalmente Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, de ahí la garantía para el país de colocarse al nivel exigido.
El diagnóstico molecular es un área dinámica que ha revolucionado las pesquisas clínicas en el mundo.
Las autoridades sanitarias cubanas lo saben y en consecuencia se encaminan hacia la creación de facilidades que permitan aumentar el número de pruebas hasta unas 20 mil diarias, en contraste con siete mil realizadas como promedio hoy.
Además de la confianza en esos recintos de ciencia, los cubanos muestran gratitud hacia el personal entrenado para laborar en ellos.
Allí son necesarios estrictos protocolos de bioseguridad para evitar contagios.
Esos recursos humanos serán determinantes en el futuro, cuando la COVID-19 haya sido neutralizada.
En los laboratorios estudiarán otros casos desde el punto de vista molecular y obtendrán información genética capaz de allanar dictámenes más certeros en relación con otros padecimientos.