Por; Guillermo Alvarado
Contrario a lo que se podría pensar, dada la intensidad de la pandemia de covid-19 que mantiene agobiada a buena parte del mundo, para muchos el peligro ocasionado por el cambio climático se mantiene como una emergencia global que requiere respuestas enérgicas e inaplazables.
Así lo reveló la más grande encuesta que se haya realizado jamás sobre este controvertido tema, llevada a cabo por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD.
El sondeo abarcó un universo de un millón 200 mil personas que viven en 50 países, ya sea entre los más poblados del planeta y con mayor nivel de ingresos, como en los menos favorecidos.
Una peculiaridad de esta investigación es que cerca de la mitad de los entrevistados tenían 18 o menos años, lo que significa una representación muy alta de jóvenes en los resultados.
Todas las respuestas fueron procesadas por expertos de la Universidad de Oxford, Reino Unido, y el 64 por ciento de ellas indican que existe una clara preocupación por el cambio climático y el calentamiento global.
Personas que habitan en Europa, Asia, África o América coinciden en que hace falta una acción global para enfrentar esta amenaza.
Contra lo que hubiera podido pensarse, son precisamente los más jóvenes los que más inquietud mostraron ante este problema, seguidos por la franja de edad entre 35 y 59 años. Los mayores de 60 manifestaron menos temores sobre las consecuencias para la vida de las perturbaciones climáticas.
Por sexo, son las mujeres las que están más preocupadas por las consecuencias de un medio ambiente que podría ser cada vez más hostil.
En cuanto a la gama de soluciones ofrecidas por los participantes en el sondeo, las más numerosas, el 54 por ciento, tienen que ver con la protección y conservación de los bosques y las reservas naturales.
La segunda plaza la ocupa el uso de energías renovables, como la generada por el viento, el sol y otras fuentes distintas a los combustibles fósiles.
En los países industrializados y con mayores niveles de ingresos, los encuestados se inclinaron por la introducción acelerada de vehículos eléctricos o bicicletas, y también porque los más ricos paguen impuestos especiales por el deterioro que provocan al medio ambiente.
Será el 2021 un año marcado por el retorno de Estados Unidos a los Acuerdos de París, pero no debiera ser sólo para ocupar un asiento o pronunciar discursos de ocasión, sino con propuestas y acciones concretas para defender este mundo. El único de que disponemos para seguir viviendo.