Foto: AS Perú

Por Guillermo Alvarado (RHC)

La recién estrenada administración del presidente de Perú, el profesor Pedro Castillo (en la foto) está bajo intenso fuego desde la derecha más recalcitrante del país sudamericano, que juró no dejarlo en paz un solo día y ya se cobró la primera víctima en esta sórdida guerra política.

No se trata nada más de la pelea prometida por su opositora en las elecciones, Keiko Fujimori, quien tarde o temprano será llamada a rendir cuentas ante la justicia, que la procesa por lavado de dinero y otros delitos que la podrían llevar varios años a la cárcel.

Detrás del hostigamiento contra el jefe de Estado peruano están las fuerzas más oscuras del poder económico y financiero del país, que buscan mantener sus privilegios y miran con profundo recelo la promesa de Castillo de convocar a una Constituyente para redactar una Carta Magna.

Con una nueva Ley Fundamental, muchas de las argucias legales que les permiten enriquecerse sin límites, evadir impuestos y exportar sus capitales, serían destruidas y eso es algo que no van a tolerar.

Cuentan a su favor con parte de la población de Lima, la capital, de tendencia conservadora, y de los grandes medios de comunicación que se lanzaron contra el hoy presidente prácticamente desde que anunció su candidatura.

Hace pocas horas consiguieron la renuncia de una de las personalidades más notables del gabinete de Castillo, el académico Héctor Béjar, quien sólo tenía 17 días como ministro de Relaciones Exteriores.

Para lograrlo la prensa manipuló y sacó de contexto declaraciones del canciller, hechas antes de las elecciones, donde supuestamente culpaba a la marina de guerra por la introducción del terrorismo en Perú.

De pronto todo el mundo se volvió patriota a ultranza y apoyó a ese cuerpo de las Fuerzas Armadas, enfocando duras críticas hacia el ministro hasta no  dejarle más opción que declinar su cargo.

Algunos analistas estiman que difícilmente Béjar habría sobrevivido como canciller en la próxima reunión del Congreso, donde deben aprobar el gabinete nombrado por el presidente.

Otro que está en la mira es el primer ministro, Guido Bellido, al que también algunos acusan de hacer “apología del terrorismo” y que se las verá difíciles para enfrentar la cita ante el organismo legislativo, el 26 de  agosto.

Con la actual estructura del Estado peruano, el ejecutivo es muy vulnerable ante las decisiones del Congreso, lo que explica en parte la caída de muchos gobiernos en un período breve de tiempo.

Falta ver ahora si los que salieron a las calles a defender el voto por Pedro Castillo, lo volverán a hacer para garantizar su permanencia en el cargo.